Revista Salud y Bienestar
Un artículo de revisión realizado por
investigadores de la Universidad Johns Hopkins y publicado en The New England
Journal of Medicine resalta como el ayuno intermitente podría ser parte de un
estilo de vida saludable. Una serie de estudios en animales y algunos estudios
en humanos han demostrado que alternar entre los tiempos de ayuno y
alimentación favorece la salud celular, probablemente al desencadenar una adaptación
a períodos de escasez de alimentos conocido como cambio metabólico. Tal cambio
ocurre cuando las células usan sus reservas de combustible a base de azúcar de
acceso rápido y comienzan a convertir la grasa en energía en un proceso
metabólico más lento. Las dietas de ayuno intermitente, generalmente se dividen
en dos categorías: alimentación diaria con restricción de tiempo, que reduce
los tiempos de alimentación a 6-8 horas por día, y el llamado ayuno
intermitente 5: 2, en el que las personas se limitan a un moderado tamaño de
comida dos días a la semana. Los estudios en animales y personas encontraron que
el ayuno intermitente disminuye la presión arterial, los niveles de lípidos en
la sangre y la frecuencia cardíaca en reposo. El ayuno intermitente también
podría beneficiar la salud del cerebro. El cuerpo tarda un tiempo en adaptarse
al ayuno intermitente y superar los dolores de hambre iniciales y la irritabilidad
que lo acompañan. Los médicos tienen que sugerir a los pacientes que aumenten
gradualmente la duración y la frecuencia de los períodos de ayuno en el
transcurso de varios meses.