Sí, lo confieso, yo era de esas que decía que leer en un soporte digital era una aberración que le quitaba a la lectura todo su encanto y, bueno, sigo pensando que el encanto del libro tradicional no lo tiene un e-book pero también tengo que reconocer que este nuevo sistema de lectura también tiene sus ventajas. Una de las más evidentes es, sin duda, la comodidad de transportar a todos sitios tantos libros como queramos, de manera fácil y sin la preocupación de que en el bolso o mochila se nos van a arrugar las páginas o a manchar o mojar. Los libros están mejor en casa, en la estantería o en la mesita de noche, seguros y protegidos de todo mal. Además, en torno a los e-reader han surgido comunidades de lectores que prestan los archivos de casi cualquier libro, lo cual nos abre un maravilloso mundo de posibles lecturas infinitas y, con respecto a eso que dicen de la piratería y demás, tengo que objetar que estas comunidades hacen lo mismo que una biblioteca ha hecho siempre, o suplen la función del típico amigo que te prestaba un libro que no te podías comprar. Sin embargo, yo sigo siendo una apasionada del formato de papel, y continúo sintiéndome atraída por esas portadas tan bellas como enigmáticas, por ese olor único de libro nuevo y por ese peso y tacto en mis manos, asociado ya a historias y aventuras fascinantes. Por todo esto, ahora soy lectora frecuente de e-reader (función que cumple a la perfección una tablet que mi pareja me regaló) pero sigo adquiriendo cuando puedo los ejemplares impresos de mis novelas favoritas y los que me conocen saben que nunca se equivocarán regalándome un libro. De hecho, la semana pasada me compré mi último libro (muy recomendable por cierto) pero ésta ya es otra historia. En mi opinión, ambos formatos cumplen una función diferente y todo buen lector puede aprender a sacarle provecho a los dos, y disfrutar tanto de las nuevas tecnologías aplicadas a la lectura, como de las tradicionales maneras de leer.
No estoy en casa y todavía tengo un ratito antes de unas clases, así que un cafelito y un poco de lectura en mi tablet es lo que pega. Este libro me está encantando, puede que me lo pida para reyes…