Las verdaderas élites y sus instituciones no cuestionadas

Esta foto del príncipe Felipe de Borbón con una veintena de altos empresarios en la mansión del Conde de Godó es una muestra de esas élites reales que hay en Catalunya.

Cuando se intenta tildar que algunos movimientos sociales como el independentismo están dirigidos por las famosas “300 familias” de la alta burguesía catalán me siento como si me intentaran contar un mal chiste.

El “upper Diagonal” y mucho más aún el Foro del Puente Aéreo están en contra tangencialmente de todo el proceso catalán y de la consulta (solo hay que mirar la línea editorial de La Vanguardia).

Esta ristra de empresarios ha quitado alcaldes de Barcelona a base de campañas sistemáticas a través de su poder mediático, han condicionado gobiernos de la Generalitat, deciden cuando o cuando no una institución política o social debe ser masacrada por el poder mediático que controlan.

Tienen más influencia que la CEOE (Rosell en esta foto no deja de ser el invitado con menos poder de todos) o los sindicatos juntos a la hora de condicionar políticas laborales e industriales.

Este grupo que conforma esta foto (todos hombres, todos de familias adineradas que ya eran élites económicas y sociales hace 50 años) son una institución informal, de la que no está cuestionada, a la que no les hacen sentadas, a las que Évole no les dedica programas, a las que no se les pide transparencia ni abertura de datos. Esta institución, y no hablo de la monarquía, es una de las que está pasando la crisis sin tener demasiados problemas.

Sin necesidad de ponernos postcapitalistas o anarquistas, tal vez sea el momento que la cuestionemos, al menos cuestionemos el rol que ejercen en la sociedad como extractores de rentas, recursos y prevendas gracias a su poder económico.

En lo que a mi me toca, como principio rector, si carezco de evidencias en un sentido u otro, allí donde apunte el Conde de Godó y su brazo armado mediático, yo iré en sentido contrario hasta que reúna evidencias que me confirmen o refuten mi primera intuición.