Luego volvió a las telenovelas con la producción “Te amaré en silencio” (2003), la primera producida por Univision.
En 2006 regresó a Televisa para actuar en “La verdad oculta” en rol protagónico. Su retorno exitoso vendría de la mano de “Destilando amor” (2007),
remake de la historia colombiana “Café con aroma de mujer”, que
protagonizó con la ahora primera dama de México, Angélica Rivera, y con “Fuego en la sangre”.
“He tenido la suerte de hacer personajes con los que el
público se puede identificar. Por ejemplo, en ‘Destilando amor’, Rodrigo
era un hombre que estudió en el extranjero y que cuando llega a su
pueblo, y ve su tierra, se enamora otra vez de su México, y no sólo de
su tierra, sino de lo que da su tierra que es una hermosa mujer, como La
Gaviota. En ‘Fuego en la Sangre’, Juan (su personaje) era como el padre
de mis hermanos ya que habíamos perdido a nuestra madre y padre a corta
edad. Era un ranchero que crió a su familia y que vive las bases de la
familia y los problemas que esto conlleva. Habemos muchos mexicanos con
esa problemática”, relata.
Su siguiente proyecto, “Corazón Salvaje” (2009),
fue un reto, ya que el personaje de Juan del diablo lo interpretó antes
Eduardo Palomo (1993) con gran aceptación. Reconoce que el personaje
por tener esos matices oscuros, le fue difícil de interpretar.
Tras ese proyecto, vino “Amores Verdaderos”,
la historia que tiene cautiva a la audiencia y que relata la historia
de amor entre el guardaespaldas José Ángel Arriaga (Yáñez) y la mujer
que lo contrata para que la cuide, Victoria Balvanera (Érika Buenfil).
Al actor la historia le da la oportunidad de mostrar el lado humano de
los guardaespaldas.
“Muchas veces vemos a los guardaespaldas y nos caen gordos.
No sabemos nada de su vida y asumimos. Antes de interpretar a este
personaje seguí de cerca a muchos guardaespaldas. Sus vidas son como las
nuestras, con una familia que mantener. Cada día salen a la calle sin
saber si van a regresar. Quise humanizar ese lado, mostrar que son seres
humanos y no sólo robots que pegan o cubren a alguien, quise exponer
sus problemas personales”, contó.
Arriaga es un hombre de campo que se trasladó con su
familia a la gran urbe de la Ciudad de México. Se enfrentará al dilema
de seguir siéndole fiel a Cristina (Mónica Sánchez) o dejarse llevar por
los sentimientos que en él despierta su patrona Victoria, quien también
está casada.
“Amores Verdaderos” tiene como riqueza que cada personaje
tiene una parte en la historia, no todo gira en torno a los
protagonistas.
“Cada cuadro que ves es parte de esa máquina que engrana
para contar una historia completa de muchos conflictos. Y tocamos muchas
cosas. Cada parte engrana muy bien”, destaca.
El oficio de guardaespaldas no está muy lejano al de el
actor. Los actores también tienen una fachada y el público que los
idolatra al verlos en la pantalla ni se entera de lo que sucede detrás
del éxito o fama que puede traer un proyecto. Asume y no ve el mundo
detrás del actor.
“Las telenovelas son lo que no da más popularidad. Pero
como actores, hacemos teatro, buscamos oportunidades en cine, escribimos
algún libreto. Siempre estamos buscando algo, tratando de crear,
preparándonos. Es por eso que estoy agradecido con el público que me
sigue, porque cada vez que toco la televisión, ahí están conmigo. Eso
quiere decir que todo ese tiempo que estoy detrás de las cámaras,
estudiando actuación, preparándome, da frutos. No soy un actor que llega
nada más a decir un par de líneas sino que siempre me preparo mucho
para dar lo mejor de mí”, enfatiza.
Será hasta mayo que concluyan las grabaciones de “Amores
Verdaderos” y Yáñez no tiene en este momento planes, ya que la
telenovela lo absorbe por completo y no le gusta comprometerse con nada
hasta que termina lo que empezó.
“Cuando terminemos pensaré en lo siguiente. Como actor uno
instintivamente tiene sueños en los que pongo mi mente, pero no mis
acciones. De mi siguiente sueño ya se enterarán”.
vivelohoy.com
Etiquetado como: Famosos
