Revista Diario

Las verdades duelen

Por Desmadreando @desmadreando

Cuando se es madre la perspectiva cambia. De normal solía criticar la hipocresía. El típico momentazo de cuando tu amiga va a la salón de belleza, se corta el pelo, se lo tiñe de morado y cuando pregunta a las amigas cotorras el cómo se ve todas le dicen el clásico “cariño que bien te queda… te ves más…(silencio)… joven”.

Yo soy de las que le dicen te sienta de culo…cariño. La parte cariñosa siempre ayuda atenuar el hierro.

Sin embargo, cuando se es madre la perspectiva cambia.

Mi sobrina favorita no es guapa es lo siguiente pero tiene un don- que algunos ven como defecto- tiene las orejas un poco prominentes. Por poco quiero ser sútil y por prominentes quiero ser cordial. Vamos que es, con todo cariño y respeto, la puta personificación de Dumbo.

Desde pequeña ha sido señalada por no caer dentro de lo común- tener unas orejitas corrientes y vulgares que nadie alabe ni vitupere. No. Ella si hace las cosas las hace bien: a lo grande.

Mi padre, desde pequeña, le inculcó que no tenía por que avergonzarse, que sus orejas serían parte de su personalidad. Le platicaba de Gorbachev y de su gran lunar. De cómo hay señas que eso son “señas particulares que te distinguen”. Como buen hombre, subió su moral al grado que hoy cuando cualquiera le habla de la oportunidad de realizar una operación “estética” ella dice que no gracias. Raro en los ideales que suelen propagarse por ahí entre las adolescentes. A ella le gusta su seña particular. Usa playeras de Dumbo y se auto mofa en clases de natación pues al ser campeona y quedar siempre en primer lugar sus compañeros le dicen que juega con ventaja por que se impulsa con sus aletas auriculares.

Justo estas navidades estábamos de visita por el otro lado del charco y en una noche de confesiones de cereal me contó su última aventura. Yo que pensaba que iba a ser de amor pero no.

Todo comienza en el aeropuerto. En el mostrador de la aerolínea la dulce azafata le dice:

-¡Pero que bonita niña! ¿a qué te han dicho que pareces modelo a qué si?

-Muchas gracias- intentando destacar los dotes educativos de mi hermana.

-Lo único malo son tus orejotas mi vida, pero te voy a dar un consejo: cuando yo era pequeñita tenía unas piernas muuuuy pero muuy grandes, gordas y feas. Mi mamá entonces tomó la decisión de que durmiera con medias de presión para así que los tejidos se me apretaran y hoy mira que bonitas piernas tengo.

Con los ojos de asombro le contesta: - Si muy bonitas.

-Pues dile a tu mamá que corte unas medias y a la hora de dormir te ponga la media en la cabeza para que te sujete esas orejotas. Seguro que así se te pegan y puedes lucir esa cara tan bonita que tienes.

-Claro, yo le digo a mi mamá- sonrío educadamente.

Yo indignada me levante a gritar que cómo podía ser, que qué había hecho mi hermana, qué si no le había pegado a la maldita bruja. Mi sobrina tan tranquila y riéndose a carcajada suelta dijo: – mi padre estaba hablando por el móvil y no escuchó, mi madre vuelta loca con mi hermano y pues yo y mi hermana solo nos reímos de la historia tétrica de la señora que su madre la torturaba con medias elásticas para dormir…

Me quede callada. Cuánta sabiduría encerrada en un cuerpo de 12 años y con una mente de miles de años luz.

Ayer vino el carpintero a casa para colocar unos muebles. Se sorprendió de ver cuánto había crecido la Critter en estos meses, ya que él nos ayudó en la mudanza cuando ella estaba recién nacida.

-¡Qué mayor está y que espabilada!

- Si, la verdad salió muy adelantada.

- Debes de tener cuidado por las noches aún sobre todo con el doblamiento.

Pensé que era algún término español para la muerte de cuna, pero mi cara de póquer debió de haberme delatado.

- Si mujer, yo de pequeño tuve doblamiento y mis orejas eran muy prominentes pero haz lo que hizo mi madre: por las noches con un poco de celo (diurex en mi pueblo) le pegas las orejas a la cabeza y con eso santa solución.

-¡Ah vaya!- mmm, este, mmm no es que mi hija es orejoncita.

-¡Qué va ser orejona yo la conocí a los 3 meses y era normal ! ¡seguro es por el doblamiento!

- No, no yo creo que es hereditario pero bueno no pasa nada.

El carpintero, con sus manos grandes y rugosas llenas de polvo, saca de su maletín un celo, corta un pedazo y en frente de mis narices se lo coloca a mi hija en sus orejitas.

- Ves… así está perfecta.

Ser madre te cambia la perspectiva.

Las verdades duelen

Prefiero la mentira de “que mona está tu hija y qué bonitos…dientes”- aunque estén pensando “menudas orejas tiene y abrazada de esa manera a la madre parece un koala”.  Prefiero el silencio a que alguien dictamine si mi hija es o no perfecta.

Hoy más que nunca me acordé de mi sobrina y de su sabiduría. Me dolió el corazón y entendí que las verdades duelen, pero hay que reírse y saber que las señas particulares te distinguen.

Mi hija no será como el estándar. Acaso ustedes les gustaría catalogar a sus hijos como ¿”normalitos”?

Mi hija es más guapa, mi hija es más espabilada, mi hija come mejor que nadie, mi hija es la más simpática, mi hija es lo más de todo y mi hija es la más orejona. Como buena madre con instinto comparativo pienso presumir de todo. Siempre.

Repito: La perspectiva cambia.


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