Pedro Sánchez, como todos los tiranos y sátrapas de la Historia, terminará siendo devorado vivo por la multitud de damnificados, víctimas y cadáveres que va dejando en las cunetas durante su brutal trayectoria política. El pueblo, poco a poco, se cobra su venganza. Sánchez ha perdido las elecciones en Madrid, en Castilla y León y hora las perderá en Andalucía. Es la rebelión del pueblo herido, que quiere la cabeza del tirano. No serán sus enemigos políticos y menos aun el débil y corrompido PP quien lo descabalgue y le haga pagar sus desmanes, abusos e iniquidades, sino que serán sus propias víctimas, que ya se cuentan por millones, quienes se lo coman vivo. Algún día se mirará al espejo y se encontrará solo, sin poder y a merced de la legión de personas a las que ha arruinado, destruido con injusticia, maltratado, vejado o hecho infelices, todos dispuestos a cobrarse la venganza que ansían. La Historia demuestra que ese es siempre el destino ineludible de los miserables con poder que causan dolor a sus semejantes. —-
Su última víctima ha sido España entera, castigada por la enfurecida Argelia que Sánchez ha humillado. Su penúltima víctima, la que fue directora del CNI, Paz Esteban, está esperando a Sánchez en una curva para poder morderle el hígado y a su lado estarán Pérez de los Cobos, Carmen Calvo, Iván Redondo, Ábalos, Campo, Tomás Gómez, González Laya y millones de españoles a los que el sanchismo ha puteado, empobrecido, acosado, maginado, maltratado, esquilmado con impuestos indecentes y tratado con injusticia.
Es la "legión del odio", integrada por víctimas que esperan la oportunidad de despedazar a su verdugo, el tal Sánchez, un tipo sin escrúpulos y sin piedad que, como ha ocurrido siempre, terminará devorado.
La legión de las víctimas de Sánchez crece cada día, alimentada por la desesperación del sátrapa, que sabe que su poder se apaga. En esa multitud dolorida hay autónomos arruinados, desempleados, victimas del terrorismo, gente que tiene sus viviendas en manos de okupas protegidos por el sanchismo, periodistas marginados por decir la verdad, medios de comunicación sin subvenciones por se libres, militares que no ascienden por ser conservadores o de derechas, profesionales incluíos en las listas negras del sanchismo y cientos de miles de seres anónimos a los que les duele en carne propia fechorías del sanchismo contra la España que aman, como los injustos y mafiosos privilegios de los independentistas y enemigos de España que apoyan el sanchismo en el Parlamento, el asesinato de la democracia, el clientelismo, el despilfarro, la corrupción a gran escala, el desprestigio mundial de España, el endeudamiento atroz, las mentiras reiteradas desde el poder, las estafas, los incumplimientos de promesas y otras suciedades, canalladas y daños a la nación.
Un especial lugar en la vanguardia de la legión antisanchista lo ocupan los traicionados de Podemos y los militantes y votantes de VOX, un partido injustamente tratado por el sanchismo, que lo ha querido asfixiar con un antidemocrático y mafioso "cinturón sanitario" aislante para impedir que siga ganándose la adhesión de millones de españoles decepcionados con la política corrupta que gobierna España.
Una de las más evidentes y significativas muestras de la existencia de una multitudinaria legión de anti sanchistas es que Sánchez ya no puede salir libremente por las calles de España por miedo a ser abucheado. El abucheo al sátrapa se ha convertido en una denuncia constante y ruidosa al sátrapa y a su dañino y antidemocrático gobierno.
Muchas de las víctimas de la injusticia sanchista, entre ellos algunos ex ministros, guardan silencio porque le conocen y le tienen miedo, pero esperan con las uñas afiladas el momento oportuno para desgarrarle la garganta. Todos ellos rememoran en sus noches de pesadillas y vela el destino de sátrapas como Fernando Marcos, Nicolás Ceaucescu, Anastasio Somoza, Noriega, Mussolini, Hitler, Stalin y otros muchos, todos ellos devorados por un destino que un día inesperado se les volvió en contra.
En el ejército que espera venganza están también muchos antiguos socialistas decentes y con principios, como Paco Vázquez y Joaquín Leguina, que no le perdonan la demolición del socialismo español y el asesinato de la ética y la dignidad que quedaba en el PSOE, partido al que Sánchez ha acuchillado y hecho desaparece, sustituyéndolo por un "sanchismo" que no es otra cosa que la perversión de los grande valores humanos, principios decentes y derechos conquistados en libertad.
Francisco Rubiales