Adopté la costumbre de llamar "vislumbres" a fragmentos de cosas o de acontecimientos que aparecen ante mis ojos. Esto nunca dura mucho. Fragmentos, astillas del mundo, restos que van, que vienen. Empiezan a desaparecer en cuanto aparecen. Sin embargo, todo lo que es visible a mi alrededor no es para mí una "vislumbre". (...) Digo "vislumbre" cuando lo que aparece ante mí deja, antes de desaparecer, algo así como la estela de una pregunta, de un recuerdo o de un deseo.
Georges Didi-Huberman
(En VISLUMBRES. Traducción de Mariel Manrique y Hernán Marturet. Editorial Shangrila.)