Con 262 metros de altitud, forma parte del Parque de los Tres Turons (junto con el Turó del Carmel y La Creueta del Coll).
A mediados del siglo XX Josep Colomines, arqueólogo, inició la excavación de un poblado íbero en la cima del Turó de la Rovira y se localizó restos de la muralla y de las puertas de acceso, así como trozos materiales arqueológicos. Pero con el paso del tiempo y con la obertura de nuevas calles y la construcción de hogares junto con la instalación de las defensas antiaéreas hicieron desaparecer estos restos íberos.
Y hablando de las defensas antiaéreas, decir que para hacer frente a los bombardeos que sufrió Barcelona en 1937 las autoridades militares republicanas instalaron estas baterías antiaéreas en la cima del mismó Turó. Se utilizaron para la defensa de la ciudad durante la Guerra Civil. El lugar donde se encontraban estas baterías, se hallaba una finca, conocida como El Castell.
En 2011 se decidió limpiar y habilitar esta zona para que fuera más accesible, ya que su situación era de dificil acceso, además de querer recuperar la memoria histórica. Un lugar donde se puede divisar unas panorámicas excepcionales de toda la ciudad condal.
Actualmente el bunker esta cerrado previsiblemente hasta el Marzo de este mismo año 2015, por obras de mejora y limpieza.