Con ayuda del Vatican Information Service, podemos iniciar una lectura de la última encíclica del Papa. Sobre el cuidado de la casa común. Bello el subtítulo, verdad? El núcleo de la propuesta es una ecología integral que "incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea". De hecho no podemos "entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida".
Diagnostica el Papa Francisco un exceso de antropocentrismo en la época moderna: el ser humano ya no reconoce su posición justa respecto al mundo, y asume una postura autorreferencial, centrada exclusivamente en sí mismo y su poder. De ello deriva una lógica de "usa y tira" que justifica todo tipo de descarte, sea éste humano o ambiental, que trata al otro y a la naturaleza como un simple objeto y conduce a una infinidad de formas de dominio". Es la lógica del descarte, tantas veces fustigada por el Pontífice.
Los países pobres deben desarrollar formas menos contaminantes de producción de energía, con la ayuda de los países que crecieron mucho a costa de la contaminación actual. Pero no se limita a grandes planteamientos mundiales, sino que también llama a la responsabilidad individual, para vivir en el día a día, así nos habla de la importancia de cambiar los gestos y hábitos cotidianos, desde la reducción en el consumo de agua a la separación de residuos o el apagar las luces innecesarias.
Por supuesto, el santo más citado es San Francisco de Asís, pero no es el único.