“El niño amparado y fusionado sabe que obtendrá lo que necesita. Esa es su experiencia cotidiana, que se repite a cada instante y que conforma una rutina sin sobresaltos. La seguridad interior se establece y posiblemente ya no se mueva nunca más de las entrañas de ese ser. Sentirse seguro, amado, tenido en cuenta, estable y con total confianza en sí mismo y en los demás… es obviamente el tesoro más preciado para el despliegue de su vida futura”.
~ Laura Gutman. Mujeres visibles, madres invisibles ~