Somos mamíferos porque tenemos mamas. Y todas las mamíferas hembras estamos diseñadas para amamantar a nuestra cría. Por lo tanto, todas somos capaces de nutrir al recién nacido con la leche que surge del interior de nuestro cuerpo, naturalmente. [...] Dar de mamar se ha convertido en algo difícil de lograr, algo que hay que superar, controlar y estudiar al pie de la letra para tener éxito. Es extraño que en solo cincuenta años hayamos logrado olvidar la naturaleza, la simplicidad y el silencio con el que las mujeres hemos amamantado a nuestros hijos desde que la humanidad existe.
La realidad es que la lactancia es fundamentalmente contacto, conexión, brazos, silencio, intimidad, amor, dulzura, reposo, permanencia, sueño, noche, soledad, fantasía, sensibilidad, olfato, cuerpo e intuición. [...] Se trata de estar juntos. Y es algo tan “natural” que lo hemos olvidado.
Confort para el recién nacido es todo lo que se parezca al útero dónde navegó durante

Para dar de mamar hay que estar dispuesta a perder toda autonomía, libertad y tiempo para una misma. Es una decisión. Ambas situaciones, lactancia y libertad, no son compatibles.
Laura Gutman. Mujeres visibles, madres invisibles.
