Revista Comunicación
Que mejor día que un viernes para presentaros otro gran descubrimiento, al menos por mi parte y ya sabéis que tengo buen ojo, sólo hace falta remitiros a una de mis debilidades, Sofía Haltrup para daros cuenta del nivel que hablo.
El caso es que hace tiempo que sigo a la fotógrafa Laura Medrano pero como siempre por una causa o por otra quedaba en el baul hablar de ella.
Según explica la propia Laura, creció sin saber lo que aprendía, entre cámaras y reflectores caseros hasta que un buen día su padre dejó caer en sus manos una Nikon F5, benditos padres. Desde ese día su visión del mundo y de la vida es a través de un visor de una cámara, y la verdad, me gusta ese mundo que ella ve.