El candidato del PSOE, actualmente ministro del Interior, sigue con su doble actitud, negar las evidencias y prodigarse en puras contradicciones.
Rubalcaba es capaz de estar en un gobierno con cinco millones de parados y decir que sabe qué hay que hacer para crear empleo (supongo que es mentira, si fuera verdad sería de cárcel, pues pudiéndolo haber evitado, lo ha permitido), o que después de que su gobierno ha soltado la tela a los bancos, los agentes más importantes de la crisis, ahora resulta que dice que tienen responsabilidad en el asusto, sin que imponga ninguna medida contra ellos, después de casi tres años.
Pues igual de fiabilidad tiene su constante aseveración de que no hay redadas contra los inmigrantes. Otra mentira del nuevo candidato socialista. Hay redadas constantes de la policía --yahablé del tema en Kabila—, cuya misión, por cierto ilegal, es captar inmigrantes sin papeles para detenerles. Y así, constantemente, en Madrid, Barcelona y otros lugares, la policía para a los ciudadanos, basándose en su aspecto físico diferente, para encontrar inmigrantes sin papeles.
Anteayer en Lavapiés, lugar donde ocurren a menudo estas redadas, la policía en cooperación con los agentes de seguridad del metro estaba solicitando documentación según el aspecto físico de los controlados. Sin embargo, les salió el tiro por la culata y decenas de vecinos salieron en defensa de un inmigrante que se querían llevar con la excusa de que “se quería colar”. Los vecinos, de forma pacífica, con gritos de “Ningún ser humano es ilegal”, o “Vergüenza me daría ser policía” o “Latina o extranjera, la misma clase obrera” o “Ningún control sin contestación” consiguieron, después de una media hora de confusión, echar a la policía del barrio.
Y es que cuando se cometen estas injusticias, aunque estén amparadas por la fuerza y la ilegalidad policial, los vecinos pueden estallar y pedir a gritos que las fuerzas de seguridad, que pagamos todos, no se dediquen a estas miserias. El señor Rubalcaba tiene que entender que la policía está para defender a los ciudadanos y no para detener ilegalmente a nadie.
Naturalmente, sobre esto el vicepresidente no ha dicho ni pío. Se ve que tiene otras cosas más importantes. Mientras, en los medios de comunicación convencionales ha pasado casi desapercibido. Hay que dar gracias a algunos medios alternativos, como Diagonal, por el interés en este tema, pues con su seguimiento nos ha puesto en alerta y ha jugado un papel decisivo a la hora de mantenernos informados sobre las redadas.
Está claro que la xenofobia también se está ejerciendo desde el Estado. Un Estado que utiliza medios ilegales para obtener sus objetivos: la caza y expulsión de inmigrantes; y que, a sabiendas de que es un delito, lo niega.
Salud y República