Revista Cine

Lazos de sangre

Publicado el 05 abril 2012 por Rehlu
Lazos de sangreTodo aquel que con [•REC]3 espere descubrir el origen de la niña de Medeiros puede abandonar sus esperanzas desde ya. Si esta declaración hubiera salido de boca de Paco Plaza otro gallo cantaría, ya que con esta última entrega de la saga nos han estafado.
Cuando aterrizó la noticia de que [•REC] contaría con una secuela lo recibimos con expectación aunque con reticencias. La primera entrega fue un éxito en un terreno consolidado y nada esperado, ni siquiera para sus creadores, que vieron como de la noche a la mañana un proyecto destinado a dejarse ver en pequeños festivales para un público minoritario lograba estar en boca del gran público y a golpe de talón en el de las productoras yankees que pronto sucumbieron al remake. El tirón, nunca mejor dicho, de la última secuencia ayudaba a la cinta a convertirse en la gallina de los huevos de oro. Con [•REC]2 el tándem Plaza-Balagueró vio aumentar la fiebre de un público ávido de respuestas. La acción y el gore de la segunda entrega no fue suficiente para calmar la sed cañí por el cine de género. Apenas se hizo esperar el notición de la existencia de una tercera y cuarta entrega: Génesis y Apocalipsis. Sin embargo lo que hasta ahora funcionaba en conjunto por separado se resquebraja. Plaza asumió la dirección del Génesis. Los seguidores de la saga necesitaban ver el origen del virus tal y como se había vendido, pero su director consideró que el título era lo de menos pues ya había hecho su efecto: generar el interés.
Lazos de sangre[•REC]3 no sólo se desliga en su dirección. La propuesta de Plaza poco o nada tiene que ver con sus predecesoras. La finca regia del Eixample barcelonés cierra sus puertas para ubicar el marco de la acción en el antiguo casino de Sant Pere de Ribes. Obligado a aportar oxígeno a una saga que lo demandaba, Plaza sustituye los rellanos por los jardines a sabiendas que el miedo en un espacio reducido es mayor. Únicamente encontramos resquicios de la esencia de [•REC] en el costumbrismo de sus personajes y situaciones. La cinta despliega su poderío en los primeros minutos. Curiosamente en una media hora en la que el terror brilla por su ausencia. Algo poco común para una cinta que bebe de la sangre. Ni siquiera la sublime interpretación de una exagerada pero contundente Leticia Dolera, en su mejor trabajo, logra que la cinta gane enteros. Al contrario, la perdida de identidad roza el patetismo. Lo que en su día era claustrofobia del pánico envuelta en una mórbida crítica a la telerrealidad ahora se ha convertido en una parodia de sí misma.
Lazos de sangreApostar por la comedia en una cinta de terror es toda una contradicción. Plaza se tira a la piscina y sin el chaleco salvavidas de su amigo Balagueró. Desaprovecha secuencias tan prometedoras como la del autobús haciendo alarde del dicho 'mejor intuir que mostrar'. Algo que aquí carece de sentido común. Explota una idea hasta aborrecerla. Su constante esfuerzo por mitificar la figura de Dolera vestida de novia y motosierra en mano es saciante. Es una lástima, por tanto, comprobar que lo que en su momento se vislumbraba como el nuevo horizonte del cine español acabe por estrellarse en una comedia absurda con tintes gore. Ahora sólo queda esperar que el Apocalipsis de Balagueró vea la luz que ha apagado su colega.
Lo mejor: Leticia Dolera.
Lo peor: abandonar el alma de la saga.
Lazos de sangre

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