Revista Sociedad
¿LE CONVIENE A ESPAÑA SEGUIR EN EL EURO Y EN EUROPA? "Ni contigo ni sin ti..."
Publicado el 25 marzo 2013 por Reddeblogscomprometidos @redblogscompHace unos días, compañeros de la #RED comentaban acerca de estas declaraciones de Julio Anguita, efectuadas en el año 1996, anunciando los males que la moneda única traería consigo, entre ellos la pérdida de nuestra autonomía política, una vez constituido el Banco Central Europeo. Con la actual crisis económica, alguien apuntó que Julio Anguita fue un visionario, previendo lo que podría acaecer ... Esta fue la respuesta del compañero Joaquín Javaloys, quien nos autoriza a reproducirla:"Julio Anguita no es un genio, ni ahora ni hace 16 años. Lo que dijo entonces lo copió de lo que decían los euroescépticos, sobre todo de Dinamarca, Suecia e Inglaterra. Si ha resultado acertado lo que dijo hace 16 años es porque los paises miembros de la Unión Europea no han cumplido lo establecido en Maastricht, cuando se acordó crear una verdadera Unión Europea (política, económica, fiscal y monetaria-bancaria) con una moneda única, el euro.Al principio la integración europea comenzó con un Mercado Común, inicialmente del carbón y el acero, posteriormente de mercancías, capitales y personas (mano de obra). La integración se ha ido haciendo poco a poco, por pasitos, salvo en la libertad de circulación de capitales, pues siempre se ha dado preferencia a los aspectos financieros.Cuando los avances de las Comunidades europeas resultaban ya insuficientes, ante las sucesivas ampliaciones integradoras de nuevos miembros, en Maastricht se puso en marcha un proceso unificador de Europa que pronto abortaría, por el egoísmo de ciertos países como Inglaterra.Efectivamente, al crearse una moneda única, muchos paises se opusieron a ello, porque la existencia del euro conllevaba sustanciales cesiones de soberanía estatal; pues no es factible el mantenimiento de una moneda única sin una previa unión monetaria y bancaria, económico-fiscal y, también, política. Ante las reticencias de ciertos paises se acordó que la pertenencia al euro fuese voluntaria, no obligatoria, para los paises miembros; lo que abría la posibilidad de no llegar a una verdadera unión monetaria, económica y política, aunque sí que hubiese moneda única. Es decir, un disparate, que se consolidó cuando muchos paises de la Unión europea -capitaneados por Inglaterra- no se integraron en el euro, porque exigía demasiadas cesiones de soberanía estatal.Posteriormente, decayó la necesidad de una unión bancaria y monetaria, que se limitó finalmente a ciertas restricciones a los Estados miembros cuando se creó el Banco Central Europeo, emisor y protector del euro que, controlando el tipo de interés, habría de vigilar la marcha de la inflación en la eurozona o paises del euro. Tampoco se avanzó apenas en la armonización de la política fiscal, que sigue siendo competencia de cada Estado. En cuanto a la Unión política se intentó ponerla en marcha mediante la elaboración de un proyecto de Constitución Europea, cuyo texto se sometió a la aprobación de los parlamentos nacionales. Cuando esa Constitución fue rechazada por algunos Estados, se abortó la necesaria Unión Europea y, por lo tanto, las decisiones comunitarias continuaron con la exigencia de que fuesen adoptadas por unanimidad de los 27 Estados, lo que hace ingobernable la Unión. Ante ello, se convocó reunión de jefes de Estado y de Gobierno de todos los miembros de la Unión y se acordó un Tratado de Lisboa que intentó mantener una Unión Europea más teórica que de hecho; y desde entonces el euro funciona sin estar respaldado por una unidad monetaria-bancaria suficiente, una unidad económica y fiscal, y la indispensable unión política. Eso sí, se revistió al muñeco, con una apariencia de estructura política e incluso se nombró a un presidente de la Unión Europea, un tal Sr. van Rompuy, y a una ministra de Asuntos Exteriores(ambos personajes de perfil bajo), elegidos por los paises miembros.Resultado: la Unión Europea es un edificio con débiles cimientos, con una vistosa fachada que oculta una estructura de vigas sin edificación interior de tabiques ni de obra alguna; y todo el edificio coronado con un tejado color oro, constituido por el BCE y la moneda única, llamada euro, apoyada sobre un edificio vacío, que solo contiene vigas de hormigón. Es decir, una disparata construcción a la que unos mediocres políticos, asistidos por burócratas, llaman Unión Europea.En ella el euro está a la intemperie, sometido a los vaivenes de los mercados financieros globales y, por supuesto, a las presiones que, vía BCE, le hacen los paises poderosos (es decir, Alemania) con urgencias de corto plazo, como sus elecciones generales (las de Alemania, en el otoño de 2013).En fin, que lo único que funciona en esta caricatura de Europa son sus cimientos de mercado común, con libertad de movimientos de mercancías servicios y capitales; así como su "todopoderoso" Banco Central Europeo que, en ausencia de dirección política, económica y fiscal de la Unión Europea, vigila, coacciona y dicta las políticas de austeridad presupuestaria y contención del gasto público que obligan a los países con déficit a recortes del bienestar social, y a reducción de la demanda interna, con la consiguiente caída del PIB y del empleo, especialmente si esos países entran en recesión económica, como ocurre en España.Es decir que ¡sí!, al final, el razonamiento y las conclusiones de Julio Anguita se han cumplido; habida cuenta de que el edificio de Europa está a medio construir, y dada la mediocridad de los dirigentes políticos de la Unión Europea y su actuación siempre cortoplacista y mediatizada -en los países del euro- por las imposiciones del Banco Central Europeo, que se ha constituido, de hecho, en un verdadero Gobierno tecnócrata dictatorial de la Unión, que impone medidas antisociales a ciertos Estados para mantener la ortodoxia financiera que emana de los mercados globales y que apoyan Alemania y otros países europeos.Reflexión final: Si ésta es la situación ¿es conveniente para España seguir en el euro y en Europa?. ¡Veamos!: España, confusa, se encuentra en el siguiente dilema: "ni contigo (Europa y euro) ni sin ti tienen mis males remedio; contigo porque no vivo, y sin ti porque me muero". Yo creo que en el propio dilema está la solución, ya que parece preferible "no vivir" (donde siempre resta algo de esperanza) a "morir". Al menos si continuamos en el euro y la situación empeora para Alemania, porque la demanda a ella de importaciones de los países de la eurozona disminuye más y más, y de Francia, porque se hunde en la recesión económica, como ya lo están Italia y España, todos estos grandes países europeos presionarán para que los acuerdos de Maastricht (unión política, económica, fiscal y monetaria-bancaria) se pongan totalmente en marcha antes de que se hunda el euro y todos los europeos con él. A largo plazo, sin la totalidad de esas uniones de Europa, la existencia del euro no es viable; lo que cuestiona la propia viabilidad de la Unión Europea"