La utopía de Le Corbusier fue crear una nueva realidad urbana, una ciudad que fuera una síntesis entre naturaleza y desarrollo tecnológico. Para ello, arquitectura y urbanismo debían estar perfectamente integrados.
Pero además de un gran arquitecto, Le Corbusier también fue un artista inquieto y un magnífico diseñador
Además de ser uno de los más grandes renovadores de la arquitectura moderna, Le Corbusier fue un incansable agitador cultural, labor que ejerció con pasión a lo largo de toda su vida. Con sus escritos se ganó una merecida fama de polemista y aportó un verdadero caudal de ideas innovadoras que han hecho que su obra influya decisivamente en la arquitectura posterior.
En 1921 Le Corbusier publicó un artículo en el que exponía un concepto totalmente nuevo de vivienda. Para guardar concordancia con su tiempo, la casa debía ser una "máquina para vivir" y homologarse al resto de bienes que configuran la sociedad tecnológica. Con ello no defendía la estética ni el espíritu maquinista, sino que trataba de hacer una casa tan eficaz funcionalmente como lo eran las máquinas en las tareas para las que habían sido inventadas.En su pintura la mujer se convertirá en su temática principal, «aparecerán con formas vagamente inspiradas en Léger, en las que las sinuosidades de sus cuerpos recordarán a las de las naturalezas muertas[…] las representará de mil maneras, pero siempre con una visión mediterránea, solar, pánica, primigenia fuente creadora, de formas generosas y expresivas, una especia de diosa de la tierra»
Galería Guillermo de Osma
Calle Claudio Coello, 4 Madrid