Imagen: rastreadordenoticias.com
¿Qué fue de aquellos días en los que la tristeza por la pérdida de un familiar nos hacía únicamente, que no es poco, daño en el corazón? Ahora, a ese sufrimiento psíquico y físico se le suma otro, el económico, ya que por la subida del IVA de un 8 a un 21%, morirse en nuestro país va a suponer 600 euros más de coste.
El precio medio de un servicio funerario en España ronda los 1.500 euros aproximadamente. Por lo que, tal y como reflejan en el diario ABC (www.abc.es) con la nueva subida se produciría un incremento de 200 euros. Subida que será mayor mientras más servicios se tengan contratados.
Para hacer una valoración exhaustiva del asunto, la pasada semana decidí morirme; algo que no me costó tras ser viernes; día de Consejo de Ministros. Así que una vez en el otro lado, hablé con aquellos que llevan tiempo en el sub-mundo y si no llega a ser por su estado actual, más de uno se me muere del susto al enterarse de lo caro que se ha vuelto un entierro.
Les conté todo lo que estaba pasando en España y me dijeron que lo mejor era no volver, que ellos por si acaso ni siquiera lo harán como espíritus, no sea que les intenten cobrar los viajes de uno al otro lado con una tasa especial para fantasmas no residentes. Pero como soy ser comprometido volví y qué sorpresa me encontré.
Pues que mi entierro ya había tenido lugar, que no recordaba que había contratado a un coro góspel para que cantara en mi despedida y un servicio de catering para 500 personas. Así que la factura de mi muerte, que pagarán mis familiares con la poca herencia que les dejé ha subido por las nubes. Y como a mí, les pasará a muchos. Es por eso que a partir de ahora en las lápidas ya no se leerá el habitual “Descanse en Paz” sino que será sustituido por un claro “Intente Descansar”.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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