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Le Faltas Al Respeto A Un Niño/a Cuando…

Publicado el 15 junio 2023 por Mamatienemuchosueno

Educar no es tarea fácil. Yo diría, y creo que sin equivocarme, que es la tarea más complicada a la que nos enfrentamos todas aquellas personas que nos convertimos en padres y madres. Es un trabajo constante, que realizamos las 24 horas del día, los 365 días del año, y que no tiene fin.

Aprender a educar es tarea realmente difícil; exige tiempo, esfuerzo y, sobre todo, mucho amor. Much@s madres y padres practican los mismos métodos educativos a los que fueron sometid@s en su infancia, lo que perpetúa la existencia y la aplicación de métodos autoritarios en la crianza de sus hij@s, que a su vez, el día de mañana, pueden volverlos a aplicar en los suyos, porque seguirán creyendo que los mitos de la educación autoritaria son verdades absolutas.

En este sentido, existen unas formas de comportamiento de los adultos, hacia nuestros niños y niñas que son claras faltas de respeto, y que el tiempo está demostrando que, más que ayudar, perjudican su desarrollo y su relación con los demás. Son comportamientos tradicionales que, como siempre se han hecho, resulta difícil dejar de hacerlos y, sobre todo, ver más allá de las palabras que en ellos se transmiten. Quiero sacarlos a la palestra porque necesitamos comprender sus efectos como primer paso para dejar de usarlos y empezar a construir, de una vez por todas, una infancia sana y libre.

Le faltas al respeto a un niño cuando…

1-Le obligas a dar besos

Las muestras de cariño deben ser consentidas, no deben darse por obligación, y mucho menos a las personas a las que no queremos acercanos y/o intimar.

Es fundamental ofrecerles, a nuestr@s pequeñ@s, la posibilidad de elegir con quien quieren compartir muestras de afecto íntimas, y respetar que no quieran compartirlas con según qué personas.

Solo así conseguiremos que entiendan que pueden decidir sobre su cuerpo, que pueden decir NO si el contacto físico con alguien no les gusta, que sean capaces de distinguir los signos de alerta de un posible abuso.

2-Le haces chantaje emocional

¡Si no me das un beso ya no te voy a querer! ¿Cuántas veces lo hemos escuchado? ¡BASTA YA!

Se le llama chantaje emocional y, con él, l@s más peques pierden la autoridad y el respeto sobre si mismos, aprenden que hay que ser sumiso y complacer a los demás siempre, y además, les hace dependientes de las figuras de su entorno.

3-Antepones los intereses de otros frente a los suyos

Si siempre le pides a tu hijo que ceda el columpio cuando otro niño se ha puesto en cola, aunque tu hijo se acabe de subir, estás dándole a entender que sus intereses no sirven y que siempre hay que complacer los intereses del otro, por encima de lo suyos. Esto tiene un efecto muy negativo en la autoestima y la independencia del niñ@, pues entenderá que sus deseos son menos válidos que los de los demás.

Tu hij@ aprenderá a validar sus intereses si le ofreces su tiempo para columpiarse, y le pides que baje cuando ya ha podido disfrutar de un tiempo en el columpio.

La situación del columpio es tan solo un ejemplo. En nuestro día a día encontramos otras muchas situaciones en las que pedimos a nuestr@s hij@s anteponer los intereses de otros a los suyos.

4-Le recriminas en público

Se felicita en público, se corrige en privado. Esta es una regla de oro que siempre debemos usar, para conservar la autoestima de aquellas personas a las que queremos.

A nadie nos gusta que nos critiquen en público y no queremos que lo hagan. ¿Por qué decides hacerlo con tus hij@s?

5-Le dejas llorar

NO, los niñ@s no lloran para tomarte el pelo. Lloran porque necesitan cubrir una necesidad que no pueden cubrir por si solos. Las necesidades pueden ser muchas y muy variopintas: Desde querer comer, hasta recibir cariño.

La mejor manera de terminar con unos lloros es prestarle atención al peque y descubrir qué necesidad está demandando. Solo así conseguiremos afianzar un apego seguro en nuestr@s hij@s que les ayude a sentirse amados y a no necesitar pedir las cosas llorando.

6-Infravaloras sus problemas y sus miedos

¿Qué madre no quiere que sus hij@s tengan la suficiente confianza para contarles lo que les preocupa? Actualmente, problemas como el bulliyng están causando verdaderos estragos, y a mi, personalmente, como madre me gustaría que mi hijo tuviera la fuerza y confianza necesarias para contarme si está teniendo problemas en el colegio, o si ha metido la pata, o si ha suspendido un examen, o cualquier cosa que le preocupe. Creo que no soy la única.

Ahora bien; muchas de las familias que también quieren conseguir eso infravaloran los problemas y los miedos de sus hij@s, diciéndoles «eso es una tontería», «no llores que no ha pasado nada» y afirmaciones del estilo cuando l@s peques deciden abrirse con ellos. Evidentemente, si damos a entender que lo que le ocurre no tiene importancia, crecerán con la idea de que no nos interesan sus problemas y, cuando exista alguno realmente importante, no recurrirán a nosotros para desahogarse.

Así que: Cuando tus hij@s te cuenten un problema, por tonto que te parezca, escúchalos. Pero escúchalos de verdad, con los oídos, con la cabeza y con el corazón. Hazles saber que los entiendes, valida sus emociones, y encontrad soluciones juntos. Evita decirles «es una tontería», «no pienses en eso», «no llores por eso», «no ha pasado nada». Hazlo incluso cuando se caigan al suelo y se hagan daño; durante los primeros años de vida, esos son sus verdaderos problemas.

7-Descargas toda la ira de tu día sobre él/ella

Típica situación:

Vienes de trabajar después de una jornada agotadora. Te encuentras con tu hij@ y, a la mínima, empiezas a descargar tu ira sobre él/ella. Le gritas, sacas las cosas de contexto, ves más gravedad de la que de verdad tienen sus conductas. ¿A quién no le ha pasado?

Recuerdo un día en que, cuando Bicho era pequeño, lo recogí del cole una tarde en la que los dos estábamos cansados (no habíamos dormido mucho esa noche) y, poco después, empezó a llorar del puro cansancio que tenía. A mi me chirrió mucho su llanto y me enfadé, me enfadé de verdad. Saqué las cosas de contexto y empecé a pensar que los lloros eran a propósito para hacerme enfadar más. Pasó un largo rato hasta que fui consciente de que, al igual que yo estaba liberando mi cansancio con el enfado, él lo estaba haciendo con los lloros porque no sabía otra forma de hacerlo. Y pensé: ¿Por qué yo puedo permitirme expresar mi enfado y él no? Respiré, lo abracé, lo calmé y todo volvió a su cauce. Entendí que, por muy cansada que esté, no debo descargar mi ira con los demás, y mucho menos con mis hijos.

8-No cumples tus promesas

¿Cuantas veces proponemos cosas, hacemos promesas con nuestros hijos, que luego no cumplimos? Que tire la primera piedra quien esté libre de pecado.

Ahora bien; ¿cuantas veces nos enfadamos por que nuestros hijos no han cumplido lo que nos han prometido?

De igual manera que nosotros queremos que cumplan lo que prometen, porque esa promesa se ha dado a cambio de algo que nos ha costado trabajo y/o esfuerzo, nuestr@s hij@s también lo esperan de igual manera. ¡Recuérdalo la próxima vez que se te pase por la cabeza hacer una promesa que no sabes si podrás cumplir!

9-Le mientes

No toleramos que nuestr@s hij@s nos mientan pero les mentimos en ocasiones. Ya sea para evitar dar explicaciones que no nos apetecen, o para conseguir algún beneficio.

Evidentemente, la mentira es una de las principales destructoras de la confianza, y debe evitarse siempre. Porque, con el tiempo, sale a la luz y nos toca reparar el daño ocasionado. No merece la pena.

Nuestr@s pequeñ@s están en desarrollo, aprenden del ejemplo que les damos y, por ello, no podemos permitirnos faltarles al respeto, porque no toleraríamos que nos lo faltaran a nosotr@s. La próxima vez que estés involucrada en una situación que te recuerde este post, intenta revertir las consecuencias evitando faltarles al respeto. Si quieres que te ayude al respecto, te invito a leer mi post «20 frases que mejoran la confianza de tus hijos«. Todo será mucho más fácil desde la empatía, la tolerancia y la comprensión.

Le Faltas Al Respeto A Un Niño/a Cuando…
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