Los hermanos Dardenne (Jean-Pierre y Luc) se anotan otro hit con la apasionada y cruda historia de Cyril (Thomas Doret), un niño abandonado quien ha perdido mucho más que su bicicleta que es casi una extensión de sí mismo. 
La inteligencia emocional (Samantha) lucha contra la fragilidad (Cyril)
El comportamiento y la psicología de Cyril, rebelde, incontrolable y herido es muy cercano a Antoine Doinel, el protagonista de "Los 400 golpes" el primer film de Francois Truffaut. Se trata de un menor de edad que ha recibido tanto de los adultos, tanto que la película expresa la impotencia frente a eso que es absurdo y mezquino.Cyril huye sin suerte porque la razón de su dolor es lo que más ama en la vida. Cyril se confunde, se equivoca y se perdona a sí mismo. Es capaz de encontrar la redención bajo el cobijo de Samantha (Cécile de France). El encuentro de los dos es un acierto de la historia del cine. Sintetiza en un instante sorpresivo, lo que será la relación de los dos de ahí en adelante.Lo que viven juntos es un canto a la impensable vida en un común de dos extraños que se encuentran de verdad. La película comprueba que los ángeles existen y desafortunadamente, los demonios también. El atractivo y siniestro personaje masculino que parece llenar la figura paterna ausente, conecta de inmediato con los forajidos (el zorro y el gato) que seducen a Pinocho en el cuento de Carlo Collodi. En donde hay carencias hay equivocaciones. A la historia de grandes niños actores se suma la presencia de Thomas Doret como Cyril. Inolvidable.Cécile De France sin palabras. Humana demasiado humana.Esta nueva incursión de los hermanos Dardenne, comprometidos con un cine social lejos de lo panfletario y casi siempre cercano a obra maestra es a todas luces, un film PARA RECORDAR.
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