Los cuentos son un medio fantástico para el aprendizaje de valores. A través de personajes e historias podemos crear un mundo fantástico con moraleja incluida. ¿Sabes contar cuentos? Pues hoy os dejo uno, para que cuentes a tus peques y podáis debatir sobre el valor de luchar ante la adversidad, persistir ante los baches, seguir hacia delante aunque tengamos el viento en contra.
Paganini y su violín
Había una vez un gran violinista llamado Paganini.
Algunos decían que era muy raro. Otros, que era sobrenatural. Las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente. Por eso, nadie quería perder la oportunidad de ver su espectáculo.
Una noche, el escenario de un auditorio repleto de admiradores estaba preparado para recibirlo. La orquesta entró y fue aplaudida. El director fue ovacionado. Pero cuando la figura de Paganini surgió triunfante, el público aplaudió sin cesar. Paganini colocó su violín en el hombro y lo que siguió fue indescriptible. Blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con el toque de aquellos dedos encantados.
De repente, un sonido extraño interrumpió el ensueño de la platea. una de las cuerdas del violón de Paganini se rompió.
El director paró. La orquesta paró. El público paró. Pero Paganini no. Mirando su partitura, él continuó extrayendo sonidos deliciosos de un violín con problemas. El director y la orquesta admirados volvieron a tocar. El público se calmó.
De repente, otro sonido perturbador atrajo la atención de los asistentes. Otra cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director paró de nuevo. La orquesta paró de nuevo. Paganini no. Como si nada hubiera ocurrido, olvidó las dificultades y siguió arrancando sonidos imposibles. El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar.
Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación. Todas las personas asombradas gritaron un Ohhh! que retumbó por toda la sala: una tercera cuerda del violín de Paganini se rompió.
El director paró. La orquesta paró. La respiración del público paró. Pero Paganini no. Como si fuera un contorsionista musical, arrancó todos los sonidos posibles de la única cuerda que quedaba en el violín destruido.
El director, embelesado, se animó. La orquesta se motivó. El público pasó del silencio a la euforia, de la inercia al delirio. Ninguna nota fue olvidada.
Paganini alcanzó la gloria. Su nombre perdura a través del tiempo. Él no es un violinista genial. Es el símblolo del que continua adelante aún ante lo imposible y en medio de las condiciones adversas y desmotivadoras.
Podemos aprovechar el cuento para abrir un debate en casa con los peques, os propongo algunas preguntas que podríamos hacerles después de leer el cuento:
- ¿Por qué Paganini no pararía cuando se le rompió la primera cuerda? ¿Qué estaría pensando? ¿Qué quería conseguir?
- ¿Cómo crees que era Paganini?
- ¿Te gustaría ser como Paganini?
- Paganini se convirtió en una leyenda. ¿Por qué?
- ¿Qué hubieras hecho tú? ¿hubieras seguido tocando con tantas dificultades?
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