Aquitania y Occitania afrontan el crecimiento medieval de los siglos XII y XIII con nuevas villas de carácter múltiple: defensivo, administrativo y comercial. Esos nuevos poblamientos son las bastides.
Una bastida orgullosa es Monpazier, en ella se encuentra un museo dedicada a su historia.
La plaza del mercado aquí recibe el nombre de Place des cornières, de las esquinas. La habitual estructura de madera cubierta alberga los puestos de los vendedores y un altillo con tres recipientes metálicos de capacidad que garantizan la medida correcta.
La medida no solo aseguraban la fiabilidad de las transacciones, también tenían carácter fiscal.
Las poblaciones nuevas se creaban geométricamente, para ello se recurría a le pal, la estaca que servía para el inicio de la construcción ortogonal. En Monpazier han conservado ese punto como referencia.