¿Le Pen?

El Sr. Hollande es socialista, que no significa necesariamente ser de izquierdas, y triunfa en las primarias francesas con escaso margen sobre el Sr. Sarkozy, desgastado por el tiempo tanto como por su política, mientras contempla atónito, el espectacular ascenso de Le Pen, Le Pen hija, quiero decir, que el progenitor hace ya tiempo que se olvidó de estos pagos electorales. La matemática evidencia una mayoría próxima a la derecha, sumando los sufragios obtenidos por Sarkozy y la hija del retirado líder, contra un candidato socialista que se quedó algo corto pese a un apoyo mayoritario de las formaciones próximas a la izquierda; sin embargo puede darse la paradoja de encontrar numerosos votantes de la derecha que se decanten por el Sr. Hollande, cansados de D. Nicolás y alejados de los extremos, y algún que otro partidario de la izquierda que no suscribe las tesis moderadas del candidato oficial. Panorama complejo que la bolsa española recibió con una caída del dos y medio por ciento, lo que da idea del modo en el que los mercados entienden el crecimiento del partido socialista en intención de voto. Angela Merkel proviene de la Alemania Oriental y hace fuerza común con Sarkozy, ante la mirada indiferente de Inglaterra y los parabienes de españoles, portugueses y otros países de segunda división. Mientras tanto, Le Pen, la derecha pura y dura, sube como la espuma, condenado la inmigración y sosteniendo tesis que pensábamos superadas. Cuando el pueblo vota a la izquierda acierta, pero cuando quien triunfa es el conservadurismo, se apresuran los simpatizantes y conspicuos del progresismo de salón, a afirmar que esa mayoría social está errada por no haber sabido recibir el mensaje de lo políticamente correcto que se proponía desde sus formaciones. Mi capitán, la compañía lleva el paso cambiado.