Lealtad o no

Nunca he dicho, ni creo que lo haga alguna vez porque no es mi estilo, que yo sea mejor que nadie, que no cometa fallos, que no tenga imperfecciones. Al contrario. Soy de los que más fallos comete, lleno de imperfecciones y seguramente bastante inferior a mucha otra gente.
Todos estamos capacitadospara cometer un fallo, y a todo el mundo les está permitido. Pero en lo que no me vale que se cometan errores, en lo que no se puede fallar es en “cumplir una palabra”.
En los tiempos que corren se ha olvidado casi por completo el significado de la palabra “honor” o al menos está totalmente en desuso. Hemos hecho que nos parezca normal que la gente sea deshonesta, o mienta sin mayor complicación. Hemos olvidado el significado de “dar la palabra” y lo que ello conllevaba. Yo recuerdo como fui educado dándole un valor a esto de lo que les hablo, como también tenía un valor un apretón de manos. Pero debe ser que pertenezco a otro tiempo o a otro mundo, porque el mundo en el que vivo ahora parece haberlo olvidado.
Día a día estamos rodeados de acontecimientos de los que somos espectadores y en muchos casos protagonistas y en los que la gente falta a su palabra; donde dijeron “digo” ahora dicen “Diego”. No recuerdan haber dicho tal cosa o cerrado un trato de una forma determinada y con unas condiciones particulares; cuando les viene bien cambian las condiciones y si a la otra parte le parece bien pues bien y si no, pues si te he visto no me acuerdo. Y yo que sigo siendo de los que creen en la palabra, que soy de los que tienen en cuenta los valores, que soy de los que piensan que las personas deben tener un honor, no logro entender que haya personas que no comprendan esto de lo que les hablo.
Particularmente sigo pensando que no hay nada como poder llevar la cabeza bien alta y sentirse orgulloso. El que obra de corazón no busca hacerle daño a nadie. Pero sepa el que emplea la mentira, que estas son de patas cortas y pronto ven la luz.