Revista Diario
Dicen que el amor es tolerancia, que es mirar para otro lado para que no surja el conflicto, tratar de estar “bien” no importa a que precio. Dicen que el amor merece de sacrificios, de concesiones de vida. Dicen que es un acto de amor hacia un padre o una madre acatar su palabra, acceder a sus imposiciones, excusar sus faltas, validar su voz por encima de la nuestra. Pero una vez más hija se equivocan, no tragues entero, no te dejes mentir.
Amar es saber que el/la otr@ siempre puede ir más allá, amor es respeto, nunca tolerancia. Por eso Kyara:
Cuestióname a mí hija, porque no soy perfecta, perfectible si, pero jamás perfecta. Que me cuestiones me hará saber que confías en mí, en mi capacidad de cambio, de hacerme cargo de mis aciertos y carencias, de bucear en mi interior. Y me hará saber también que tienes la suficiente confianza en ti misma, en tus sueños y deseos, tus necesidades y posturas como para plantar cara. Que mejor regalo que ése puedes darnos.
No tengas miedo de ir más allá sólo porque yo llego hasta más acá. Puedo abrirte camino, pero es tu aventura caminarlo y descubrirlo. Mis miedos, mis “no puedo”, mis “hasta aquí llegue” son míos hija y se mueren conmigo.
Desautorízame hija, cuando aquello que digo y pido no este en concordancia con aquello que tu interior te grita, desautorízame hija con toda tu valentía y tu coraje, yo sabré que lo haces con amor.
No toleres jamás mis vacíos y carencias, la tolerancia no es amor. No me excuses, ni justifiques, entiéndeme si te es posible, pero jamás me excuses. No aceptes mis palabras o mis actos solo porque soy tu madre, en lo que a tu felicidad respecta ese es solo un título, un mero título que me da responsabilidades, pero no derechos.
Ámame por lo que soy pero no te conformes con como soy y ten la certeza que mi amor por ti es incondicional, te amo porque eres, porque existes.
Hija, quiero ser el hada buena que acompaña tu camino, pero aunque me duela saberlo se que también soy la bruja que amenaza tu sueños. Quiero ser el viento que impulsa tus alas, el susurro en tus oídos que te dice: “te amo, tú puedes”. Pero se que también puedo ser el ancla y el peso en tu espalda.
Por eso hermosa, cuestióname a mi! Qué si puedes conmigo podrás con el mundo entero!