La Triarticulación o Triformación del Organismo Social fue propuesta por Rudolf Steiner como una forma de organización de la sociedad cuya idea principal es que los seres humanos se conozcan en profundidad y desarrollen su potencial de libertad, creatividad, capacidad de amar, y voluntad, en un proceso evolutivo continuo.
Los ejes de esta triformación son la libertad, la igualdad y la fraternidad. La libertad debería regir la vida cultural-espiritual, la igualdad sería el eje del ámbito jurídico-legal, y la fraternidad sería el valor fuerza para el desarrollo de la actividad económica.
Así, a partir de este modelo, se trataría de instaurar:
- La libertad en el alma de cada ser humano para poder desarrollar su potencial, su singularidad y originalidad desde un pensamiento que combata la mentira y apueste por la verdad. De ahí la importancia de la educación y la cultura para tal propósito.
- La igualdad en el espíritu que permita que legalidad y moralidad vayan de la mano (a veces se promulgan leyes profundamente inmorales o se aplica la ley de manera inmoral reventando el principio de que la justicia debería ser igual para todos, cuando, por desgracia y demasiado a menudo, no lo es). Así, cada ser humano estaría sometido a las mismas leyes con los mismos derechos y compromisos. Solo con verdadera justicia es posible una política sana para el bien común.
- La fraternidad que permitiría en el ámbito de lo económico poder satisfacer las necesidades de todos convocando las capacidades de cada uno en trabajos llenos de Sentido en lo individual y en lo colectivo.
- Las sociedades u organismos sociales funcionarían sanamente cuando estos tres poderes actuaran autónomamente y sin invadir a los demás, precisamente lo contrario de lo que sucede ahora, cuando los poderes económicos definen directrices políticas o imponen modelos educativos.
En esta magnífica intervención de mi querido y admirado amigo Joan Melé resume brillantemente la Triformación Social, que a la vez es su visión del futuro, a la que me adhiero firmemente.
Vale mucho la pena invertir los poco más de diez minutos de la intervención de Joan; lúcida, amena, serena, firme, erudita, sabia. Saldréis distintos de cómo habéis llegado a ella.
Adelante con ella y espero que la disfrutes.
Fuente: Blog Personal de Álex Robira.