Revista Ciencia
Lecciones que nos da la Vida: Rumbo hacia Nuestros Sueños
Por Carlos Carlos L, Marco Ortega @carlosmarco22"La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero". (Herman Hesse)
En mi opinión, hay seguramente un rumbo personal y único para cada uno de nosotros, la Leyenda Personal como lo denomina Paulo Coelho. Un rumbo, posiblemente de muchas maneras, pero para nosotros, a través del cual podemos conseguir nuestros sueños. El punto de conexión con los otros, el mundo y nosotros mismos. Un viaje hacia el sí mismo.
Lo importante es encontrarlo, ser conscientes del sendero que tomamos y empezar a recorrerlo, sabiendo qué es eso lo que estamos haciendo.
Arrancaremos solos, y paso a paso nos iremos sorprendiendo de todo lo que hallamos. Habrá obstáculos, pruebas y atajos. Incluso a veces podremos perdernos en el trayecto. Caminos en los que la estrategia de evitarlos no será válida y caminos donde aprenderemos lecciones imprescindibles para llegar a autorrealizarnos. Un rumbo en el que también nos encontraremos con otros, constituyendo puentes hacia los demás.
Irán muchas veces los errores de nuestra mano acompañándonos, los prejuicios de los que somos víctimas desde pequeños y nuestro gran amigo el miedo, pero eso es algo inevitable, el hecho es que al igual que las derrotas, los errores, prejuicios y miedos suceden, el secreto está en la paciencia, la compresión y el aprendizaje, en encontrar cada uno las propias estrategias que le servirán de armadura en su trayectoria y empezar a llevarlas a cabo. Porque después de superar las piedras, malas hierbas y grietas de nuestro sendero, sentiremos más alegría y confianza, dignos de todo lo que hemos conseguido en nuestro día a día, mediante nuestro esfuerzo personal.
Ningún día es igual a otro, aunque la desidia se empeñe en hacérnoslo ver así. Las condiciones ideales no existen. Cada día esconde un nuevo regalo. Y para conseguir nuestros sueños es preciso descubrirlo. Enfrentate a ellos.
Fuente: La Mente es Maravillosa.
C. Marco