Desde finales del año pasado el mundo cambió de forma inesperada, y probablemente para siempre, cuando un enemigo silente invadió el mundo a una velocidad vertiginosa, dejando a su paso enfermedad, muerte, soledad, pobreza, entre otros flagelos.El Covid-19 arrodilló al mundo entero, desde la potencia más poderosa y desarrollada, hasta los países subdesarrollados. Esta pandemia no estableció diferencias de raza, creencias religiosas, nivel social o económico, u otros aspectos.
Con la pandemia vino la consigna del distanciamiento social, como una de las medidas para frenar o prevenir los contagios de esta enfermedad, y esto ha traido consigo que estemos alejados de nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo. Muchas actividades que eran cotidianas y normales, como asistir a nuestros lugares de trabajo, almorzar los fines de semana con nuestra familia, visitar un restaurant o una plaza comercial, se vieron de repente eliminados, sin que estuviéramos preparados para asimilar los cambios que se avecinaban en nuestra forma de vivir.
Este tiempo de confinamiento ha sido muy duro, en especial para aquellas personas que han quedado suspendidos o despedidos de sus trabajos, o han perdido un familiar, tanto del Covid-19 o bajo cualquier otra circunstancia.
No obstante, a pesar de la incertidumbre, el miedo, la tristeza y ansiedad que ha traido esta pandemia, también hemos aprendido algunas cosas:
- No dar nada por garantizado, por más sencillo y elemental que parezca.
- Valorar mucho más a nuestros seres queridos y el tiempo que pasamos con ellos.
- Dejar de quejarnos por tener mucho trabajo, tener que limpiar, cocinar, cuidar los niños, porque hacer esas actividades significa que tengo como ganarme el sustento, tengo un hogar, alimentos y familia. No todo el mundo puede decir lo mismo.
- Restarle importancia a lo material, a dejar de ostentar lo que no tenemos y fingir lo que no somos.
- Disfrutar más de nuestro hogar y de los familiares que nos acompañan en el confinamiento.
- Organizar aspectos o áreas de nuestro hogar o nuestra vida que estaban desordenados o no andaban bien.
- Descubrir nuevos talentos o hobbies que podemos seguir desarrollando.
- Aprender nuevas formas de trabajar desde la casa, incluyendo emprender nuevos negocios o proyectos.
- Aprovechar el tiempo en actividades productivas, como la capacitación en línea desde diferentes plataformas, que dicho sea de paso, tuvimos que aprender a manejar sobre la marcha en medio de esta situación.
- Reinventarnos y desarrollar nuestra creatividad, que está demostrado que siempre brilla más en los momentos de crisis, y es ahí donde surgen grandes ideas.
Sigamos cumplimiento las medidas de prevención e higiene que indican las autoridades, y confiados en Dios que pronto saldremos de esto siendo mejores seres humanos.