La lecitina es un producto orgánico que se obtiene a partir de la soja. También puede obtenerse a partir de la yema de huevo, pero en éste la lecitina va acompañada de colesterol, por lo que es menos interesante desde el punto de vista dietético. Posee una acción emulsificante, lo cual facilita la digestión de las grasas. Desde el punto de vista químico, es un nutriente que pertenece a un grupo de sustancias parecidas a las grasas, combinaciones orgánicas de grasa y fósforo. Más concretamente, la lecitina está formada por colina, inositol, ácido fosfórico, dos ácidos grasos y glicerol. Estos compuestos se encuentran en todas las células de los organismos celulares.
La lecitina resulta fundamental para el correcto funcionamiento de todas y cada una de las células de los distintos órganos del cuerpo humano, por lo que es vital para el buen funcionamiento del organismo. Está presente en muchos procesos metabólicos o bioquímicos y es muy importante para todos aquellos órganos que desarrollan funciones básicas para la vida, como son el hígado, el páncreas, los riñones, el cerebro, y el sistema nervioso general. Está demostrado que en una persona en estado saludable, la lecitina constituye un 30% del peso seco del cerebro y el 73% del hígado, pero en todas aquellas personas que sufren enfermedades cardíacas graves, se reducen de forma alarmante ambos porcentajes.
La finalidad de los suplementos nutritivos a base de lecitina, es la de incrementar el suministro disponible de sustancias reconstructoras que pueden hacer falta, en caso de una enfermedad leve, de una dieta incorrecta o de un ejercicio intenso. Esto quiere decir que debido al estrés tanto físico como mental, la lecitina es un suplemento muy válido para el buen funcionamiento del organismo.
Las aplicaciones dietéticas de la lecitina, están basadas en acción emulsionante que poseen sobre todas las grasas del organismo y su papel sobre la composición de la estructura de las células corporales.
De los beneficios que podemos extraer de la lecitina destacamos los siguientes: favorece extraordinariamente la digestión de las grasas, mejora la elasticidad de las arterias, desintoxica el hígado, tiene acción depuradora de los riñones, aumenta la capacidad cerebral, refuerza el sistema nervioso, proporciona un mayor suministro de energía y tiende a ejercer un control sobre el peso. Debido a su efecto sobre las grasas sanguíneas, entre ellas el colesterol, la lecitina está recomendada, especialmente a todas aquellas personas que sufren de una tasa elevada de colesterol sanguíneo.
La manera más corriente de tomar la lecitina es a través de la ingestión directa, en cucharadas en forma líquida o en gránulos o bien en cápsulas antes de las comidas (preferentemente el desayuno). La dosis recomendada es de 1 a 4 gramos/día. Al tratarse de una grasa, debe extremarse la precaución de mantener en envase bien cerrado y controlar la fecha de caducidad.
Este es sólo un ejemplo de los tantos que encontramos para enriquecer nuestra dieta. Elementos que a pesar de ingerirse en pequeñas cantidades nos dan resultados en el medio y largo plazo. ¿Y a ti? ¿Te convence?