Revista Cultura y Ocio
Es de todos sabido, que hay muchas clases de lectores, tantas casi como personas que leen. Hoy me centraré en dos clases en particular, mi opinión va sobre escritores que se dejan aconsejar.
No me gusta generalizar, es algo terrible, pero he visto y comprobado, que de los lectores que admiten o aceptan recomendaciones, hay dos tipos que predominan: Los que disfrutan de las lecturas recomendadas y los que no.
El primer grupo lo componen esas personas que disfrutan con la lectura y a los que les interesa leer algo que de primeras, piensan que les va a gustar.Están abiertos a que otros lectores les informen y les recomienden libros que, en su opinión, merecen ser leídos.Estos lectores, abren la novela y se sumergen entre sus páginas con ganas e ilusión, disfrutando de cada diálogo, de cada palabra, y al final de la historia, sacan sus propias impresiones y deciden si les parece tan bueno como les han dicho o no.Lo bueno de este grupo, es que el viaje de la lectura les resulta gratificante, aunque como suele pasar, no todas las recomendaciones son buenas, pero no por eso ven el lado negativo.
El segundo grupo... ese es el complejo.Aceptan las recomendaciones de buen grado, pero a la hora de leer, buscan y rebuscan el lado negativo de la historia. Analizan la novela como si entre sus páginas pudieran encontrar la respuesta a la creación del universo, y olvidan que la novela sirve como método de entretenimiento, y la convieten en un trabajo que debe ser descuartizado en busca de algo, que no sé muy bien por qué, acaba siendo siempre malo.
Soy escritora, pero antes fui lectora, he leído muchas novelas y muchos géneros distintos, y he procurado en cada una de ellas centrarme y disfrutar al máximo. No concibo la lectura de otro modo.
Ningún trabajo acaba siendo perfecto, todo depende del gusto del lector, siempre hay un género que nos atrae más, que nos divierte o nos entretiene, y a pesar de leer el género que nos gusta, es posible que encontremos una novela que no nos apasione, bien por la forma en la que está escrita, por la historia, los personajes... infinidad de opciones y posibilidades, pero de entrada, sacar la lupa y atacar a la novela como si nos fuera la vida en ello es algo que jamás hice, ni haré, y me disgusta enormemente cuando veo que otras personas lo hacen.
Tal vez porque también toco el otro lado de la moneda, igual que respeto el trabajo de los demás, deseo que el mío sea respetado. Con esto no quiero decir que uno no deba dar su opinión, si no gusta, no gusta, punto, pero no es eso de lo que estoy hablando, sino del lector que busca y rebusca con la única intención de encontrar defectos que desacrediten a la obra y al autor. No entiendo el beneficio que se saca, pero me he topado con muchos.
Las críticas, deben ser constructivas y con fundamento, no vale (para mí) el criticar por el placer de criticar, sacando defectos de lo más estúpidos que solo dejan claro el deseo de la persona por herir.Nadie es perfecto, debemos aceptar que nuestras novelas no gusten a todos, es imposible, y aceptar las críticas con alegría porque nos enseñan a aprender y superarnos, tampoco debemos hundirnos ante uno de estos lectores destructivos de sueños y trabajos.
En esta vida, si algo he aprendido, es que se da muchas vueltas, y los que hoy están arriba, es posible que mañana estén abajo, aquellos que nos amaron, acaben odiándonos, y lo que construimos con amor y dedicación, termine siendo derribado sin contemplaciones, por eso debemos ser fuertes y honestos, debemos intentar ponernos en el lugar del otro y sobre todo ser humildes.
Con esta reflexión me voy a leer un rato.