Si hay una palabra que definiera la mayoría de mis días en la carrera, es desmotivación. Sin embargo, uno de los alicientes de ir a la Facultad de Ciencias de la Información era tomar un café y charlar de literatura con el camarero de la cafetería.
Luego me enteré de que también era poeta, y cambiamos libros.
Murió hace poco, y ahora sus amigos le hacen un homenaje.
Será mañana en Lavapiés, en la C/ Piga, 7, a las 21 horas.
Seguro que donde esté, lo estará escuchando con una sonrisa y la ceja levantada, como era él.
Hasta siempre, Chema.