Revista Opinión

Lectura postelectoral de urgencia

Publicado el 21 noviembre 2011 por Javiermadrazo

No voy a ser hipócrita; en ningún caso, felicitaré al Partido Popular por su triunfo en las elecciones celebradas ayer.  Claro que tampoco me preocupa en exceso su mayoría aplastante.  Si no la hubiera alcanzado, hubiera tirado de CiU, PNV y Coalición Canaria, como ha ocurrido en el pasado reciente con el PSOE,  y a efectos prácticos hubiera hecho exactamente lo mismo que hará ahora en solitario.  Al fin y al cabo, Rajoy, como Zapatero, son pequeñas marionetas que obedecen disciplinadamente órdenes de los mercados (¿?), auténticos tiranos, piratas del siglo XXI, que están haciendo añicos la democracia con la connivencia de quienes deberían defenderla porque, al menos en teoría, la representan.  (Ja, ja, ja, es broma).

Si me alegro, en cambio, y mucho, por los once escaños de Izquierda Unida en el Estado. Ya era hora de que recibiéramos una alegría. Sin embargo, tengo un sentimiento encontrado. En plena debacle del PSOE, en una crisis económica sin precedentes, en un contexto de ataque al estado del bienestar y a los servicios públicos, ¿por qué Izquierda Unida no logra volar más alto y más lejos?  Maldita ley electoral, tan injusta como antidemocrática. Siento añoranza de Julio Anguita, su fuerza y su coherencia no sólo para sumar escaños, que también, sino sobre todo para sacudir conciencias y llamar a la revolución.  Gaspar Llamazares ha obtenido representación en Asturias y se ha ganado a pulso el reconocimiento de los suyos. Enhorabuena por su discurso y su trayectoria.  Merece ser portavoz en Madrid.  

En Euskadi, Amaiur ha tenido un gran resultado, pero también es cierto que ha tocado su techo, del mismo modo que el PNV ha salvado los muebles esta vez, aunque no deja de ser preocupante para sus dirigentes su situación delicada en Araba y en Gipuzkoa, donde no terminan de remontar.  Ninguno de sus candidatos genera las adhesiones que sí levantaba Ibarretxe. Por otra parte, un conclusión obvia: el pistoletazo de salida de las elecciones autonómicas se lanzó ayer. Ahora sólo queda saber cuánto aguantará Patxi López en el papel de “okupa” de Ajuria Enea. Todo dependerá de si finalmente es llamado a dirigir el PSOE (ojalá haga las maletas y se instale en Madrid), aunque creo que si es mínimamente razonable en 2012 habrá cita con las urnas en Euskadi. El Parlamento vasco actual es una ficción, una parodia de la realidad, que no se tragan ni el PSOE, ni tan siquiera el PP  

 


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