Cuando un niño tiene problemas en su lectura, debemos sopesar si el tipo de lectura es el adecuado (nivel de vocabulario, motivación del texto, etc.). Pero si lo anterior no es la causa, deberemos sospechar que el niño nos está indicando la presencia de otro problema diferente que lo provoca:
- Una graduación refractiva no compensada o mal compensada en sus gafas o lentes de contacto.
- Unos movimientos oculares incorrectos e imprecisos, de uno o ambos ojos, que le hace dar saltos, retrocesos, releer palabras o saltarse líneas, necesitando el dedo como guía.
- Un problema acomodativo que le implica un esfuerzo por aclarar las letras del texto a leer o incluso por mantenerlo nítido de manera prolongada.
- Un problema de convergencia, que le supone un estrés visual mantener la mirada a una distancia concreta donde está el texto.
- Un problema perceptual que le impide procesar correctamente la información que ve, leyendo de manera mecánica, en voz baja y sin entender lo que lee.
- Mala memoria visual que le impide aprender de lo que lee y relacionarlo con información que conoce para dar sentido a lo leído.
- Unos reflejos infantiles sin integrar que manifiesta un retraso en su desarrollo neurológico.
- Un problema de conocimiento de esquema corporal, que le impide dominar los conceptos espaciales básicos como derecha, izquierda, arriba, abajo, detrás, delante, a un lado, …
- Un problema de organización espacial, más concretamente de DIRECCIONALIDAD, que le impide cruzar la línea media del papel cada vez que visualmente lee una línea del texto, le hace invertir letras o números y le descoloca las palabras de cada línea, releyendo constantemente y sin poder dar sentido a lo que lee.
- Un problema de automaticidad verbal al leer en voz alta.
Si algo de esto falla, el niño está constantemente intentando compensarlo de forma consciente, con el consecuente esfuerzo que ello supone; y no puede preocuparse de hacer la lectura correctamente, con el adecuado ritmo que le permite entender el texto.
A veces, los niños con problemas de aprendizaje relacionados con la visión pueden ver las palabras pero no pueden ver lo que ellas significan.
Cualquiera de estos problemas, si nos se detectan, lo que provoca, además de un mal lector, es una gran falta de motivación del niño por la lectura, una gran frustración respecto a sus compañeros, y también, una inapetencia por aprender ya que en nuestra sociedad es necesario “leer para aprender”.
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