Tercer mes del año y los libros leídos alcanzan la docena. Todos ellos, excepto tres, han sido novelas de los temas más variopintos. Algunos me han gustado, otros me han decepcionado y en general las lecturas de este mes no creo que quedan grabadas con especial recuerdo en mi memoria. Eso sí, doce euros más para el Tarro-Libro 2018.
Whose Body , Un cuerpo desnudo aparece en la bañera de un arquitecto al mismo tiempo que un próspero empresario desaparece en circunstancias extrañas. Dos hechos aparentemente desligados que, sin embargo, no lo están tanto. Una buena agradable historia de detectives con la que Dorothy L. Sayers comenzó su saga de Lord Peter Wimsey. Diálogos inteligentes, con cierta carga sarcástica en algunos de ellos, y un caso curioso, desde luego.
, de Jacqueline Kelly. Agradabilísima novela. He de confesar, que me costó un poco entrar en ella. Quizá porque había leído muy buenas críticas y los primeros capítulos no me engancharon de la forma que esperaba que lo hiciera (me parecieron un poco lentos y pesados), pero una vez que coges carrerilla... la novela se vuelve encantadora. Ya tengo en el Kindle su continuación, La evolución de Calpurnia Tate El curioso mundo de Calpurnia Tate ya, en espera de lectura.
de Alberto Vázquez Figueroa. Hacía tiempo que no leía nada de este autor (creo que la última suya que leí fue Centauros , Medusa) y le iba teniendo ganas. Además me apetecía muchísimo leer historia de forma novelada y este libro, que nos acerca a la figura de Alonso de Ojeda de forma más que amena, es un gran modo de hacerlo.
En lugar seguro , de Wallace Stegner. Novela que me ha gustado muchísimo, pero que, al mismo tiempo, me deja un sabor un tanto amargo. Cuenta la historia de la amistad entre dos parejas que se conocen poco después de la Gran Depresión y de cómo va discurriendo su vida (y su amistad) con el paso de los años. Muy bien escrita (es un gustazo leer cosas así). Sólo le pongo un pequeño pero: la parte que se desarrolla en Italia no me ha entusiasmado. Pierde un poco del encanto escénico con que sí cuentan las otras partes.
La dama desaparece , de Ethel Lina White. Suspense del clásico y escrita a lo clásico. Si no te va mucho, quizá no la disfrutes. Yo sí lo he hecho, pese a que el libro no ha envejecido bien. Me gusta, insisto, pero hay novelas clásicas que se adaptan al siglo XXI perfectamente y otras que no lo hacen tanto. Ésta es una de ellas. Aun así, muy recomendable si tus gustos literarios son parecidos a los míos. Le quito unas décimas también a la traducción. No porque sea argentina y tenga ciertos modismos que pueden sonar extraños al oído español, sino porque he encontrado algún párrafo aquí y allá que no se entendía nada bien.
La ciencia contra el crimen , de Janire Ramila Sánchez. Buenísimo, buenísimo, buenísimo. No es una novela. Es un libro que trata sobre cómo la ciencia pone toda su sabiduría a trabajar para cazar a los criminales. Muy didáctico, ameno y con infinidad de anécdotas curiosas que a veces te dejan ojiplática.
de Atrévete a ser escritor , Carlos del Río. Tenía este libro aparcado (su lectura, en realidad) desde hace tiempo, pero no porque no me hubiera atraído desde el principio, y muchas ganas de retomarlo. Le tocó el turno este mes y, confirmado, me ha gustado mucho, tal y como entreví cuando lo empecé, hace algunos meses. Muy recomendable si eres aprendiz de escritor. No sólo te habla de técnicas narrativas, sino que encontrarás en él datos muy curiosos sobre el oficio. El autor tiene también otro libro interesantísimo: La aventura de ser escritor. Y, por si no tienes suficiente, Carlos se pasó hace unos meses por mi blog y nos dejó un artículo sobre las claves para tener una carrera literaria.
Antología de relatos policíacos, una recopilación de relatos detectivescos de autores muy diversos. No puedo darte una referencia para que te hagas con él, en caso de que te interesara, porque es un libro que heredé de la biblioteca de mi madre y que creo que ya está descatalogado. En realidad se trata de una colección que se recoge en varios volúmenes. Éste era el primero y poco a poco irán cayendo los demás.
de Emmanuel Carrère. Si eres asiduo a este blog, en el artículo de hace unos días, Balance mensual nº 3, te hablaba de una biografía novelada que me ha encargado escribir la editorial Sekotia. Todavía no he contado quién es el asesino cuya vida he de narrar en el libro, pero por ser tú te daré una exclusiva antes de dar mi propia exclusiva al respecto en el blog: se trata de Jean-Claude Romand, un tipo junto al que la nariz de Pinocho es chata y respingoncilla. Emmanuel Carrère escribió este libro sobre él y yo me lo he leído como parte de mi investigación. Ameno y curioso, tan curioso como que la versión en papel del libro sea más barata que le electrónica. ¿A qué juegan las editoriales?
Los casos de Horace Rumpole, abogado, de John Mortimer. Libro recomendadísimo. ¡Me ha encantado! La parte final es la que menos me ha gustado, quizá porque no es tan genial como los dos primeros tercios, pero aun así es una lectura muy entretenida, escrita con mucho humor y que te sorprende con cada uno de los casos que gana (y a veces pierde) este peculiar abogado. Felicidades a la Editorial Impedimenta por publicar estas joyas.
Papaíto piernas largas, de Jean Webster. Una vuelta a la adolescencia, lo sé. Pero me apetecía 😉
Si no tienes problemas para leer en inglés y quieres ser escritor, éste es un buen libro para aprender sobre las escenas fundamentales que ha de tener toda novela. La autora tiene también un gran número de artículos publicados al respecto en su blog, Layer Your Novel , de C. S Lakin. Live Write Thrive que podrían servirte de apaño. El libro es una extensión de esos artículos (una extensión a veces un poco-demasiado extensa -sí, es un pequeño pero que le pongo-), pero incluye multitud de ejemplos para que estudies a tus anchas.