Si algo gusta, se repite. Así que aquí está la doble ración de lecturas que aún quedaba por cocinar. En este caso, empezamos por los libros consumidos durante el mes de octubre, cuando aún brillaba el sol y a mí me dio por devorar novela histórica aderezada por otras novelas más juveniles.
- La casa del viento, de Titania Hardie. Dos historias paralelas que tienen lugar en la actualidad y en la Toscana del siglo XIV, emocional, dura, para reflexionar sobre la vida y su sentido.
- La librera y el hereje, de Brenda Vantrease. Romántico y muy ilustrativo recorrido por un episodio truculento durante la época Tudor, la quema de libros y de traductores de la Biblia.
- La hija de Ra, de Santiago Morata. Ah, el antiguo Egipto, no hay libro que no se deba leer sobre este lugar y esta historia sobre Hatshepsut es muy apasionada.
- La verdadera historia del capitán Garfio, de P.D. Baccalario. Un retrato lleno de aventura, emoción y más profundo de lo que parece del archifamoso pirata.
- El lazorojo, de Kathleen Weise. Novelita gótica con ilustraciones realmente bonitas, cuenta una historia oscura, triste y a la vez romántica.
- Falsos recuerdos, de Dan Krokos. Amnesia, poderes sobre el pánico y acción a raudales en una historia bastante convincente.
El otoño hacía mella en nuestro vestuario cuando me zambullía en las lecturas de noviembre. Me retorcí del gustazo de leer a mi Anne Rice, por fin conseguí leer Efímera y la señorita Tarabotti siguió sorprendiéndome maravillosamente en su segunda aventura steampunk.
- Una sonrisa roja como la sangre, de Adam Gidwitz. Terrorífico cuento infantil. En serio, qué cosas más horribles les pasan a estos niños O_O. Muy entretenido.
- El don del lobo, de Anne Rice. Como siempre que esta mujer imagina una historia, esto es un bellísimo retrato de un hombre normal y sensible que se transforma poco a poco en un licántropo.
- Efímera, de Lauren deStefano. Cruel y dura existencia en esta distopía que no es para los que busquen acción, sino profundizar en la moral de un futuro sin ella.
- Changeless, de Gail Carriger. Divertida a rabiar. Esta segunda aventura de la señorita Tarabotti trae una trama mucho más elaborada y una sorpresa final que me dejó jadeando.
- Sirenas, de Amanda Hocking. Muy respetable reconciliación con esta autora, me gustó la relación de las hermanas y lo malotas que son las sirenas. Dan ganas de abofetearlas a las muy escamosas.
- Ex libris, de Sandra Andrés Belenguer. Imaginativa, bellamente redactada, con muchas frases para deleitar. Aunque los personajes non son memorables, la historia está bastante desarrollada y refleja un París que dan ganas de recorrer.
Parece que a la ración le falta un mes, ¿no? Diciembre llegará ya pasadas las campanadas, mis queridos arrebatadores, pero aún nos veremos las caras mañana que tengo que contaros una cosa más ;o)barruntando si os gustan sus lecturas.