Cerramos el especial sobre Superlópez iniciado la semana pasada repasando el resto de los números de esa maravillosa e influyente primera etapa. Durante los años de mi más fanática lectura de Superlópez, cuando tenía que escoger un favorito solía dudar entre cualquiera de los números del cinco al diez. Mientras Jan refina su estilo de dibujo y experimenta con los recursos narrativos, sus historias rebosantes de humor e imaginación se pueblan de nuevos personajes que en adelante serán habituales amigos o adversarios de nuestro héroe. Mas información a un click.
López, agotado tras la aventura de El Señor de los Chupetes, aún sufre las secuelas de portar Gran Chupete Único. La semana mas larga nos muestra al Juan López más cotidiano y dinámico. La voz del narrador, al principio y final de cada capítulo, establecerá un diálogo con la del personaje, que no parará de recordarse a si mismo que está en una historieta en la que Jan ha decidido ponerle en apuros
La semana más larga
Tras la gran aventura de El Señor de los Chupetes, homenaje al género fantástico y de ciencia ficción, Jan lleva a su personaje a un mundo de problemas mucho más humanos. Recuerdo que la primera vez, con nueve años, me costó leer La Semana más Larga. La trama se complicaba, con un buen número de nuevos personajes, y López las pasaba canutas, injustamente acusado de agujerear la ciudad como Superlópez, perseguido por Jaime, Luisa y el jefe como Juan López.
La historia, estructurada en ocho capítulos que siguen una semana de lunes a lunes, fue publicada originalmente de forma seriada. Cada uno de los días comienza introduciendo a López en su casa, le seguimos mientras se prepara a supervelocidad para ir a trabajar, conocemos el bloque de viviendas en el que reside, le acompañamos a una oficina a la que siempre llega tarde, para deleite de Jaime que no pierde ninguna oportunidad para denunciarlo al jefe. Mientras, el inquietante profesor Escariano Avieso y su máquina de agujerear (el Rayo Escariante) plantean un misterio inexplicable.
El profesor Escariano Avieso ha trazado un maléfico plan para hacerse millonario. Por desgracia para muchos vecinos, sus constantes despistes y accidentes van a sembrar la ciudad de misteriosos agujeros. En esta viñeta observamos que en el cine están poneniendo Plash Tordon, tal vez dirigida por Pindirico Pillini, uno de esos detalles con los que Jan puebla la ciudad para llenarla de vida. "¡Nos han robado el Vázquez!", exclama uno de los vecinos al ver que falta la pared. A lo largo de las aventuras de Superlópez los homenajes y guiños a uno de los grandes maestros de la historieta cómica.
Las sospechas recaerán en el superhéroe, que no se quitará de encima ni un instante al tenaz inspector Hólmez, un detective de la vieja escuela para el que todo es sospechoso. La precisa narración de la historia y la sensación de que el mundo de Superlópez y la ciudad en la que reside están verdaderamente vivos son las dos grandes bazas de éste número, que encuentra alivio cómico en una serie de gags reiterados y divertidísimos, de esos tan buenos que cuanto más los repites más te ríes: los “dinámicos” amaneceres de López, los interrogatorios de Hólmez, los trucos para disimular los constantes retrasos en la oficina y para proteger su personalidad secreta, las caídas constantes a través de un agujero que lleva hasta el colmado de abajo, las noches sin descanso peleando con una mosca que no se quiere dar a razones , se repiten en cada uno de los días mientras la historia continúa avanzando, tomando forma, añadiendo elementos que Jan resuelve con su acostumbrado dinamismo.
López intercambia impresiones con el narrador, tras una mala primera noche debido a una mosca la mar de insistente
La voz del narrador, presente al comienzo de cada capítulo, interactúa más que nunca con el personaje, que con frecuencia mira directamente al lector quejándose de las historietas que le hacen vivir. Por todo esto y por el inmenso placer que produce leerlo y detenerse en los cuidados escenarios de la ciudad, repletos de carteles de cine, anuncios, propaganda y vehículos cuidadosamente dibujados, La semana más larga me parece el mejor cómic de Superlópez, o al menos en el que mejor se conjugan todas las virtudes de la gran obra de Jan, cuyo talento parece ilimitado.
Jan no da tregua a López en La semana mas larga
Los Cabecicubos
El séptimo álbum retoma la crítica al radicalismo y el militarismo que ya estaba presente en Los Alienígenas. Un cómic que trata temas como el totalitarismo, la represión y la intolerancia hacia lo que es diferente, planteando un escenario de guerra civil, no es lo que un desconocedor de Superlópez pueda esperar de un cómic de Bruguera. Pero Jan se atreve con todo, planteando una epidemia que se genera por los gases de una fábrica que produce huevos cuadrados.
El jefe será el primero en sufrir los efectos de los gases enegesipoliédricos emitidos por la fábrica de Gallinueva S.A.
Esta “cuadratura del círculo” va a producir que muchos seres humanos se conviertan en cabecicubos, personas totalitarias, de mente cerrada e intolerantes hacia las redondeces o las cabezas amorfas. En Los Cabecicubos descubrimos que la empresa para la que trabaja López se dedica a la publicidad. El jefe, un personaje muy secundario hasta este número, será el primero de los cabecicubos, y como tal se convertirá en el líder del movimiento político radical del Partido Cuadrado, que iniciará una campaña de terror y represión una vez ostente el cargo de Primer Hexaedro.
El jefe a punto de llegar a una conclusión inquietante de terribles consecuencias en Los Cabecicubos
Jaime, también afectado por la epidemia, será el cabecilla de la organización paramilitar adicta al régimen, de estética fascista y cuadriculada. En este cómic descubriremos a otro personaje, Martha, atracadora de bancos en sus ratos de ocio, una chica joven, audaz e inteligente que se convertirá en una de las mejores amigas de Superlópez y que reclutará al héroe para la G.U.A, la Guerrilla Urbana Anticabecicuba liderada por su padre, el Inspector Hólmez.
Marta Hólmez, una joven simpática, valiente e inteligente, encarna unos valores femeninos opuestos a los de la superficial e iracunda Luisa
Una muy divertida historia de corte apocalíptico, que resulta sorprendente y muy atractiva visualmente, y que con el paso de los años se muestra como la sátira más ácida creada por Jan. Yo me quedo, desde aquel entonces, con los heroicos esfuerzos de la resistencia por hacer frente al dictador ¡Viva el GUA!
La Caja de Pandora
El octavo volumen sigue un planteamiento parecido al de El Señor de los Chupetes. De nuevo Superlópez es contactado por un personaje que le va a embarcar en un viaje, en busca de la legendaria Caja de Pandora. Por el camino se enfrentará a los enfurecidos hijos de Gea, anciana en conflicto con Zeus, que busca desatar el mal definitivo encerrado en la caja que de la que salieron todos los horrores y desgracias de la Tierra. Los dioses de los panteones egipcio, hindú y azteca se sumarán a la persecución de la caja, cada cual con sus propias oscuras intenciones. En medio de todos ellos, el héroe bigotudo se desenvuelve con astucia y habilidad, en una de sus actuaciones más heroicas. Jan ha declarado sentirse especialmente orgulloso de esta obra, en la que vuelve a desatar su creatividad en el diseño de las naves espaciales y las bestias al servicio de unas deidades dibujadas con gracia, cada cual en base a su iconografía.
Vishnú e Indra explican a Superlópez su no tan divino origen en La Caja de Pandora
La pretensión de Jan de hacer una obra de aventuras pedagógica da sus frutos gracias a la buena labor de documentación, un aspecto siempre muy cuidado por el autor. Los personajes de cada panteón mitológico quedan estupendamente caracterizados, mostrando el verdadero interés de Jan por un tema en el que se mueve con comodidad. También en los cuidados dibujos de las pirámides, especialmente de la azteca, se observa su exhaustiva tarea de búsqueda de referencias para dibujar con fidelidad y preciosismo. El cómic contiene un parlamento final a cargo de un Zeus iracundo en el que señala como todos esos males del hombre solo el hombre puede haberlos creado. Una conclusión importante e impactante para un niño que descubrió con esta historieta un gusto por la mitología que no ha perdido desde entonces.
La Gran Superproducción
López, que ha mejorado su situación laboral y ha estrechado lazos con el jefe, se encuentra al regreso de sus vacaciones con que su empresa se ha transformado en una productora de cine. La gran apuesta del jefe, producir una biografía de Jaime I El Conquistador dirigida por Cecilio Bemille, se transformará en el alocado rodaje de “Trónak el Karbaro”, guionizada por Superlópez. Como ya señalé la semana pasada, este fue mi primer cómic de Superlópez, y al releerlo he vuelto a disfrutarlo viñeta a viñeta. Tras un volumen de aventuras trepidantes regresamos a un territorio conocido, el de la parodia, que realmente no había vuelto a estar presente con tanta fuerza desde Los Alienígenas.
Tras reculatar a la sex-symbol americana de turno en Miami, Superlópez muestra al actor que encarna a Trónak, Miguelito Miguel Gómez, como debe abofetear un bárbaro a una malvada bruja
El ritmo se vuelve más sosegado y el diseño de la página se regulariza, centrándose el peso de la narración en un guión muy vivo e ingenioso, tremendamente divertido en su caricatura del cine y del género de espada y brujería, que a la vez recibe un homenaje visual. El dibujo se estiliza levemente, y la expresividad con la que se caracterizan los personajes permite a Jan definir a la perfección sus actitudes y sentimientos, y encontrar un leguaje gestual que transmite lo cómico en un código complementario al del guión.
Tras un accidentado rodaje llega lo mejor, un gran estreno que se convierte en una de las más originales y divertidas escenas de los cómics de Superlópez
En La Gran Superproducción el domino de la línea consagra a Jan en el gran maestro de la historieta con dibujo caricaturesco española. En conclusión, uno de los cómics más divertidos, tal vez el que más junto a Los Alienígenas y El origen de Superlópez, con un nivel de dibujo y un dominio de los recursos del medio sin par en su género, digno de estudio e imitación.
"Largame un cilindrín, fotero", una de esas frases míticas del universo superlopezesco, de boca del actor infantil Marcelino Vinopan
El fin de Bruguera y la el nacimiento de la revista Superlópez
De forma paralela a los problemas que surgían en el rodaje de “Trónak el Kárbaro” y a la situación empresarial al borde del colapso que vivía Llauna Films hacia el final de La Gran Superproducción, la legendaria editorial Bruguera entraba en el periodo definitivo de su propia crisis. Acuciada por problemas económicos y de gestión desde principios de los años ochenta, la marcha de Ibáñez, con los derechos de Mortadelo y Filemón bajo el brazo, en 1985, precipitó su disolución un año más tarde.
Portada del número 1 de la revista Superlópez, en el que comienza la aventura de Al centro de la Tierra
Superlópez volvería en 1987, publicado por Ediciones B. La nueva editorial relanzó al personaje con su propia revista mensual (hasta entonces las aventuras se serializaban en la revista Mortadelo Especial). Siguiendo un planteamiento similar al de las revistas Mortadelo, la de Superlópez contaba con portadas de Jan protagonizadas por nuestro héroe favorito e incluía, junto a las doce páginas de Superlópez, otras tiras divertidísimas a cargo de dibujantes españoles como Ramis, Cera o Maikel, acompanadas por otros cómics seriados, especialmente de la escuela franco-belga. Así conocí obras como ¡Salud, África!, de Jano, con un dibujo preciosista y una ambientación muy realista y evocadora; o el fantástico cómic de ciencia ficción Hans, de Rosinski y Duchateau. Destacaba la sección titulada Las cosas de Jan en la que el autor comentaba con el lector sus trucos, técnicas y referencias empleando un lenguaje muy ameno, similar al de sus cómics. Leyendo esas páginas pude descubrir, por ejemplo, que los primeros siete números de la colección habían sido coloreados con acuarelas líquidas aplicadas directamente sobre el dibujo original. La revista se mantuvo en los kioskos durante cuatro años. Aún conservo cinco o seis ejemplares, menos de los que querría y en peores condiciones de lo que me gustaría. ¡Y con los míticos billetes, los Mortadelos, recortados!
Al Centro de La Tierra
El trabajo de Jan con el color es especialmente destacable en Al Centro de la Tierra. La historia comienza un tiempo después del desastroso estreno de “Trónak el Kárbaro” y con la empresa arruinada. Ante la situación crítica, Jaime, que ha estrechado lazos con Luisa y López en los últimos números, revela a sus amigos que es bisnieto de Otto Lidenbrock, quien realmente bajó al centro de la Tierra tal como narró Julio Verne. El pecoso compañero convence a Luisa para que le acompañe tras los pasos del intrépido geólogo literario en busca de unos gigantescos diamantes que pongan fin a su incertidumbre laboral y económica. López rehúsa, pero finalmente se une a la aventura como Superlópez.
Que Luisa no soporta a Superlópez lo sabemos desde la primera historieta. Tenerles a ambos como compañeros de viaje subterráneo es garantía de muchas discusiones y bolsazos, ante un huidizo público de petisos carambanales
El cómic adapta con efectividad y mucho humor el viaje de la novela original, desde el número 19 de la Königstrasse, en Hamburgo, pasando por Islandia y el Sneffels, a través de las entrañas de la Tierra hasta su eruptivo final. Jan atrapa la magia de la aventura y se esmera con el dibujo y con el uso de las viñetas para narrar el estrecho y sinuoso descenso espeleológico, en el que es seguramente el álbum más bonito visualmente de todos los Superlópez que he leído. Me parece importante resaltar que la lectura de ésta historieta siempre despierta en mi la imperiosa necesidad de comer hamburguesas de Hamburgo. Jan inaugura una nueva etapa, la de Ediciones B, en su más alto momento creativo.
Este sinuoso descenso llama la atención por el gran trabajo de entintado y color, por el planteamiento narrativo de la página y por contener la primera palabra pronunciada por un petiso carambanal
Hasta aquí el repaso a los diez primeros números del personaje creado por Jan. Durante los últimos 25 años el héroe ha seguido haciendo frente a terribles villanos, viviendo aventuras increíbles y muy divertidas. Destaca Los Petisos Carambanales, un cómic transformado en juego de “elige tu propia aventura” con esos entrañables personajillos amarillos (para los que Jan diseñó su propio alfabeto) de por medio.
Espero que recorrer de nuevo las páginas en las que me perdí durante tantas horas en mi infancia os haya gustado tanto como a mí. Sólo me queda agradecer a Jan los buenos ratos que me han brindado una vez más sus ejemplares historietas.
Os ha hablado el fan de Superlópez número 1242.
¡Hasta la próxima historieta!
Raúl A. Astruga
Mercader de historietas en La Parada de los Cómics y miembro de la Asociación Cultural El Planeta de los Cómics.
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