Revista Cultura y Ocio

Lecturas Recomendadas Balneario Termas Pallarés Segismundo Luengo: Las termas del agua apacible

Publicado el 07 junio 2011 por Termaspallares

El agua y el Lago del Balneario Termas Pallarés son los elementos recurrentes de en la obra del novelista y poeta Segismundo Luengo «Las termas del agua apacible» .

 ”Como se encuentra con ánimos para nuevas hazañas literarias, emplea sus días en un libro de memorias, que le ha pedido su editor dadas las relaciones que a lo largo de su vida ha mantenido Luengo con importantes figuras de las Letras. El agua es elemento recurrente en la obra del novelista y poeta de Moral de Sayago: bravía y rompedora en «El Duero venía loco»; sometida a norma en «El río es de todos», y a ritmo poético en «Agua feudal y soñadora». Ahora Segismundo Luego nos ofrece la novela del agua mansa refulgente en el lago. El agua «preciosa, casta y humilde» en el numen del tierno poeta de Asís, es elemento esencial de la vida; aunque al final se convierta en polvo y sombra, el hombre es principalmente agua. Entonces no debe condenarse el agua como cuerpo extraño en la obra literaria.

 

Lecturas Recomendadas Balneario Termas Pallarés Segismundo Luengo: Las Termas del Agua Apacible.

En su día se comentó que el asesinato de Cánovas del Castillo en el balneario de Mondragón significaba un doble crimen pues la bomba del anarquista Angiolillo acabó con la vida del prócer político y rompió sacrílegamente la silenciosa serenidad del establecimiento. La amable y civilizada convivencia es característica esencial de estos lugares de cura y reposo que tienen lejano y noble antecedente en las termas romanas, refugio de las artes y de la culta conversación. En el balneario de Alhama de Aragón, poetizado como Avantares de Aqua, sitúa Luengo la acción de la novela; el dramático contraste entre la placidez del lugar y algunos episodios de pasión amorosa o de indignada repulsa, es evidente. En el señorial ambiente del balneario surge el amor limpio y profundo entre un joven soltero y una joven malcasada, intacta, insatisfecha. La fabulación sobre el resbaladizo asunto es difícil, ya que los enamorados se muestran consecuentes con su creencia religiosa. Segismundo Luengo encara la explosiva situación con sobrado conocimiento de la ley eclesiástica y respetuosa valentía, sin concesiones a la ñoñez; se ayuda de su inveterada maestría en el difícil arte de narrar, que un día le fuera ponderada por Azorín. Solo la anulación canónica del desgraciado matrimonio puede dar cauce legal y moral al nuevo amor de la incauta malcasada; entran en juego sacerdotes amigos y un monseñor del Vaticano, presunto papable. ¿Novela católica? Sí, sin reparos. Recuerda a Graham Greene, Morris West, Bruce Marshall y otros famosos autores católicos que contrariando la opinión de recalcitrantes Catones, negaban que la novela tenga que ser rigurosamente apologética: el novelista y el teólogo profesan funciones distintas, venían a decir; parece lógico que el novelista se permita ciertas licencias normalmente vetadas al teólogo.

Segismundo Luengo anima la interesante fabulación, con puntuales descripciones de paisajes y cultas incursiones en la Arquitectura, la Historia, la crónica menor, el Arte y las Antigüedades. En ningún momento se corta la línea argumental, ya que el autor combina con singular acierto la cita culta con el interés de la ingeniosa trama. Las dos anteriores novelas de Segismundo Luengo discurrían sobre las aperreadas vidas de la mujer y la hija de Miguel de Cervantes; no sorprende que buen conocedor de la técnica del insuperable maestro, introduzca en «Las termas del lago apacible», breves narraciones independientes del texto central y delicadas composiciones poéticas. Se trata de trucos de novelista de maduro talento, que el lector acepta de buen grado y agradece. Una última consideración: Con «Las termas del lago apacible», Segismundo Luego se ha puesto muy alto el listón: lo superará como «Un viejo con agallas».


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