Lee Radziwill se lo pasó pipa. No siempre , vale. Pero se lo pasó mejor que su hermana Jackie ( Kennedy – O) , función de las hermanas pequeñas en la vida. O acaso no se lo montó mucho mejor la Princesa Margarita de Inglaterra que la Reina? Ni os nombro a Harry y a William ¿no?.
Lee , además, era mucho más guapa y un poco más frívola (¿máaas?) , ella que se lo podía permitir. Lee no tenía que retirarse de las fiestas a las 12 por eso de la imagen y la reputación. Lee terminaba todo lo que su hermana no podía ni empezar. Y , además, tuvo muchos más amantes y estuvo antes que Jackie en muchas cosas. Onassis se la llevó a la cama antes de casarse con la primera dama trofeo y el propio Aristo no dudo en cubrirla de los mismos brillantes que le compraba a la Callas. Jackie se caso con el príncipito imaginario de América, pero Lee lo hizo con uno de verdad, pero sin reino ( el noble polaco Stanislav Radziwill).
Lee tenía un rostro espectacular, de pómulos altos, casi de india piel roja, pero poco que decir. Eso al menos comentó Anthony Montague Browne, uno de los omnipresentes invitados en los cruceros que organizaba Ari en el Christina. Puede que no tuviera mucho que aportar, pero aún en el caso de que fuese parca en palabras, Lee consiguió demasiado. Onassis se la llevaba a su camarote mientras hacía negocios con el príncipe cornudo Stash ( Stanislav) , un señor que daba muy pocos problemas y al que todo el mundo apreciaba. Y Onassis , al que le pirraba un título o la publicidad más que a al príncipe de Edimburgo una buena cacería empezó a levitar ante la idea de convertirse en el cuñado de Kennedy.
Pero Lee solo estaba pasándoselo bien. Fue una buena hermana y siempre estaba ahí. Cuando Jackie estaba hasta el forro de que su marido fuese preguntando por ahí si Shirley McLaine tenía el vello púbico rojo como el de la cabeza , Lee se la llevaba de vacaciones. Cuando murió el presidente ahí estaba ella y cuando mataron a Bobby en el 68 compartió la angustia y las ganas de mandar a tomar por saco a América con esa hermana que ya era la mujer más famosa del mundo.
Por supuesto también arrimó el hombro cuando su hermana su caso con su ex amante el griego. Fue hasta testigo de excepción. Todo queda en familia.
A diferencia de Jackie , Lee pudo divorciarse cuando quiso ( 3 veces) y vivió la misma vida de lujos , fiestas, óperas, Maxim’s y ballets pero sin atención ni amenazas de muerte.
Todo el mundo quería tener a Miss Radziwill a su alrededor y no solo para irse de crucero. Trabajó como relaciones públicas para Armani, hizo sus pinitos en el cine ( supongo que todo se quedaría en la sala de montaje) y trabajó como diseñadora de interiores .
Una vida tan antológica nunca se escapa de la tragedia y es que Lee vivió lo que su hermana , por fortuna, no llegó a ver : la muerte de un hijo. Madre de dos hijos nacidos de su matrimonio con Stash, el chico, Anthony, falleció de cáncer solo un mes después de la desaparición de su primo , el legendario John Kennedy Jr. El verano del 99 no fue amable con ella.
Desde entonces, con esa pena encima y un divorcio más a sus espaldas , Lee no se ha bajado del trajín que supone su inmensa vida social y en cualquier evento de importancia que se precie ( sobre todo en NY) siempre estará invitada. Últimamente los selecciona más, pero nunca se pierde una de las grandes pasiones que compartía con su hermana : el ballet.
Con Anna Wintour en el ballet el año pasado
Esta semana no ha faltado a la cita con la moda en Ny, y se la ha visto acudiendo acompañada de Andre Talley a los desfiles. Ya veis que a punto de cumplir los 80 Lee los ha sobrevivido a todos y en chupa de cuero .Fascinante.