El hombre tomó la pluma, el papel y escribió de fútbol; una temática sobre la que pocos se habían animado en el planeta de la literatura. No le importaron las miradas críticas. Menos aún, el escaso reconocimiento de sus colegas. Osvaldo Soriano se plantó en ese mundo, unió letras y clavó las palabras en un ángulo. El tiempo y la historia le dieron un merecido espacio. Lo consiguió con cuentos célebres. Inolvidables. Como este texto que vale la pena disfrutar en este domingo futbolero. Pasen y lean Gallardo Pérez, referí.