Revista Libros
Siempre me gusta dejar por escrito las cosas que me hacen reflexionar y por eso suelo escribirlas en el blog. Desde hace tiempo las formas de leer han cambiado y sobre todo los medios para acercarnos. Y con ello los medios de comunicación han ido haciendo eco de esto (superficialmente en muchos casos), y de alguna manera u otra ha servido para que se sepa de la relación de los libros y el internet.
Y uno de los mejores ejemplos es las diferentes plataformas en las que podemos hablar de libros hoy en día. No solo en la creación plataformas de blog como Blogger y Wordpress y redes sociales y aplicaciones como Instagram, Facebook, Goodreads y Youtube. Cada una con sus potencialidades y hablando de libros de forma escrita, hablada y gráfica. Son muchas las opciones en las que el libro ya está presente.
Pero otras cosas malas han venido con ello. No sólo se trata de las personas más famosas de este medio, su creciente fama y lo que pueden hacer con ella. La eterna polémica de la colaboración editorial —de la que ya he hablado en el pasado—, y cuando la lectura y el libro como objeto se banaliza y se piensa que leer es una competencia en la que hay que ganar: ya sea cuántos libros compres o leas.
Hace tiempo descubrí que no podemos medir exactamente todo lo que leemos: todos los días leemos en el teléfono estados de Facebook y Twitter, noticias e información en aplicaciones y sitios web. Siempre estamos leyendo algo y por eso no es 100% cuantificable. Por eso también contamos los libros que leemos y he notado ciertas tendencias a contabilizar otras cosas: cuantas autoras y autores, cuantos libros de fantasía y contemporáneos e incluso he visto cuantos libros con temática LGBT se leen en un año. Los libros y los números parecen ser los mejores amigos.
¿Es algo realmente malo? No lo creo, depende como se aborde porque hay muchas cosas alrededor. Se supone que somos una comunidad de lectores que compartimos una misma pasión por la literatura, pero en muchos casos esa unión se rompe y cuántos números se tienen en redes pasa a ser muy importante. Y eso hace que haya división y por ende, separación.
En la pasada Fiesta del libro nos reunimos bloggeros, booktubers y bookstagramers de mi ciudad y algunos de otras ciudades para conocernos, hablar y volver a fomentar eso que nos une: al final todos somos lectores, indistintamente de la plataforma que usemos. Y una reflexión que nos quedó fue que al final todos queremos algo en común y eso es que más gente conozca la lectura y se enamore de ella.
Y es algo que a veces olvidamos. Porque el amor y la pasión por los libros no se puede medir. Y menos competir por ello porque no hay una meta a la que llegar en primer lugar ni te dan un premio por leer.