Revista Cultura y Ocio

Leer o no leer a Julio Cortázar

Por Cayetano
Leer o no leer a Julio Cortázar
Imagen de uso libre

El día había sido algo más ajetreado de lo normal. Se podría decir que intenso, agobiante, incluso estresante. Varias citas con clientes que nunca quedaban satisfechos del todo con las propuestas y los proyectos, y un pequeño choque con el jefe de personal que, afortunadamente, se resolvió a última hora con una buena dosis de tacto y diplomacia. Estaba realmente cansado; por ello, cuando llegó a casa, lo primero que hizo fue tomar una buena ducha, ponerse ropa cómoda, prepararse un whisky con un par de cubitos de hielo y dirigirse directamente al despacho. Y allí, sentado cómodamente en su butacón frente al ventanal que daba al jardín, se dispuso a dar lectura al libro que recientemente había adquirido.  Absorbido por la trama del relato, se sintió arrastrado casi inmediatamente por la fuerza de las descripciones, por la firmeza del argumento, por las vicisitudes de los protagonistas, en esa especie de complicidad, la que da la comodidad de permanecer sentado en el sillón de una mansión espaciosa y acogedora, mientras los acontecimientos se van desgranando, a la par que los personajes se implican en la trama y se complican la vida. Había algo de regodeo por su parte debido a esa actitud de disfrutar de las peripecias de los demás sin exponer nada a cambio, mientras disfrutaba del confort de su casa y de su whisky con hielo...

En la calle, un hombre y una mujer, como de cuarenta y tantos años, conversaban en voz baja. Parecían nerviosos y miraban con recelo a su alrededor.  —Debes hacerlo —decía ella al hombre—. Es preciso. Cuanto antes lo hagas, mejor para los dos.  —Ya lo sé. Solo que estoy algo nervioso. No sea que no salga bien. Es muy arriesgado.   El diálogo era interesante. Típico caso de una pareja, seguramente amantes que, tratados con dureza por la vida, se veían abocados a realizar algo terrible, a la desesperada. 

—Toma. Esto te ayudará —le animó ella, mientras le pasaba discretamente una pistola.  —Venga. Ahora o nunca —dijo él mientras guardaba el arma en el bolsillo de su abrigo—. Tú espérame a la vuelta de la esquina.  El lector estaba disfrutando mucho del relato. Por eso, le incomodó sobremanera el timbrazo en la puerta. Estaba solo en casa. Su mujer había salido a la ciudad, a realizar unas compras. Volvería tarde. Eso dijo. Y él no tuvo más remedio que aplazar la lectura, dejar el libro sobre la mesa abierto boca abajo con el fin de no perder la página, levantarse del butacón y salir del despacho para ver de quién se trataba. Tras mirar por el videoportero, y comprobar que quien llamaba tenía un buen aspecto, se decidió a abrir la puerta, no sin antes lanzar las preguntas de rigor:  —¿Quién es? ¿Qué desea?  —Buenas tardes, soy Rafael, un vecino que vive unos cuantos chalets por encima del suyo. ¿Sería tan amable de permitirme telefonear a mi mujer para que venga a casa? Me he dejado dentro el móvil y las llaves y no puedo entrar.  —Faltaría más. Ya le abro. Pase usted.  —Muchas gracias —dijo el tal Rafael—. Igual no me conoce porque soy nuevo en el barrio. Nos mudamos hace tan solo un par de semanas. Y ya ve: molestando a los vecinos nada más llegar.  —No es ninguna molestia. Nos puede pasar a cualquiera. Entre, por favor, al despacho y llame desde allí.  El visitante entró y reparó que sobre la mesa había un libro de Julio Cortázar, titulado “Final del juego”. Con un gesto lleno de osadía, lo cogió, le dio la vuelta y comprobó que estaba abierto por el relato titulado “Continuidad de los parques”.  —Perdone mi atrevimiento. ¿Está leyendo este libro?  —Sí.  —¡Qué casualidad, yo lo acabo de terminar hace unos días!  —¿Le gusta a usted Cortázar?  —Muchísimo. Es uno de mis autores favoritos. ¿Acabó usted el relato que estaba leyendo, el de “Continuidad de los parques”?  —No. La verdad es que acababa de empezarlo.  —Una lástima— dijo mientras sacaba lentamente la pistola y le quitaba el seguro—. Si lo hubiera terminado, sabría de qué va esto. Se ve que hoy no es su día de suerte. ____________ Para evitar que la historia se repita, ¿el lector debe también leerla,  si es que  no lo hizo ya? https://narrativabreve.com/2014/07/cuento-julio-cortazar-continuidad-parques.html

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