Revista Cultura y Ocio

Leer por procuración

Publicado el 07 julio 2015 por Elena Rius @riusele

LEER POR PROCURACIÓN

(Foto: books-cupcakes.tumblr.com)


Siendo como es la lectura una actividad solitaria, puede ser también un importante nexo de unión. Con otros mundos, otras mentalidades, otras épocas, por supuesto. Con el universo interior del autor, cómo no. Y también con otros lectores como nosotros mismos, pues comentar una lectura es el complemento perfecto de haberla leído. Hay gente -hablamos de ello en otra ocasión- que utiliza los libros como gancho para ligar. (Aunque de estos, algunos ni siquiera los han leído.) Hay parejas muy lectoras cuya relación está cimentada sobre las lecturas compartidas, sobre el placer de intercambiar opiniones y pasajes favoritos. Y luego están las lecturas por procuración. ¿En qué consiste este curioso proceso?Cuando quien te acompaña -ya sea cónyuge, novio/a o amigo/a del alma- es otro lector apasionado, te es dado vivir a través de él (o ella) todas las fases de la lectura: la anticipación de un libro que ansía desde hace tiempo, sus primeras impresiones, el avance más o menos rápido a través de sus páginas -y la pasión o decepción que genera-, así como conocer de primera mano qué le ha parecido el final, cómo se siente después de haber leído esa obra y si ha estado a la altura de sus expectativas. Casi, casi, como si tú mismo hubieses sido el lector. Así, ocurre que hay parejas que tienen gustos lectores distintos -uno es apasionado de la gran novela americana, el otro se inclina por las biografías; uno lee clásicos del XIX, otro novela gráfica o divulgación científica- y casi nunca uno leeré lo que el otro ha leído. Pero el resultado de su puesta en común de la experiencia lectora es que cada uno cree saber a la perfección cómo es lo que el otro ha leído. Por una especie de ósmosis, cada cual absorbe las lecturas del otro.  

LEER POR PROCURACIÓN

(Ilustración de flapperdoodle)

 Ahora bien, ¿si he leído por procuración una novela, puedo decir que la he leído? Bueno, Pierre Bayard hacía todo un arte del no-leer libros en su Cómo hablar de los libros que no se han leído (Compactos Anagrama)
">Cómo hablar de los libros que no se han leído,
demostrando que incluso la cultura literaria del hombre más letrado no está hecha sólo de lecturas; también de malentendidos, invenciones, libros olvidados, referencias cruzadas, vistazos más o menos eficaces, y reivindicando la importancia de los comentarios críticos escuchados como eco, de la conversación literaria. La lectura por procuración forma parte de este entramado de no-verdaderas-lecturas que, al fin, conforman una suerte de universo lector paralelo. Está lo que hemos leído y recordamos, lo que leímos alguna vez, pero hemos olvidado, y lo que nunca leímos, pero de lo cual sabemos mucho. Al final, los grandes lectores tenemos a veces problemas para diferenciar una experiencia de lectura de otra.Eso sí, procuramos no salir nunca con no-lectores. Como decía tan sabiamente John Waters:
“If you go home with somebody, and they don't have books, don't fuck 'em!”
Pues eso. 
LEER POR PROCURACIÓN
  

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