Revista Cultura y Ocio

Legado en los huesos, de Dolores Redondo

Publicado el 02 enero 2015 por Rustisymustis @rustismustis
Legado en los huesos
Autora: Dolores Redondo
Editorial: Destino
ISBN: 9788467254396
Páginas: 549
Sinopsis
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.

Reseña de Rustis
Legado en los huesos, de Dolores RedondoAún sin leer la recientemente publicada Ofrenda a la tormenta, con la que Dolores Redondo concluye su “Trilogía del Baztán”, traigo ahora mis impresiones acerca de la segunda parte de esta obra que, en su momento, califiqué como original y muy recomendable.
No voy a ahorrar, de nuevo, elogios hacia la escritora, en tanto Legado en los huesos se sustenta sobre los mismos ejes que convirtieron El guardián invisible en uno de los hitos de la novela negra y de misterio española de los últimos años: de nuevo, se retoma el trabajo con los mitos, esta vez cambiando al basajaun por el cíclope Tarttalo, que se integra en la historia a través de unas inscripciones que, en diferentes escenarios relacionados con asesinatos, van apareciendo. La ambientación sigue cobrando fuerza, y justifica que la publicación de esta serie de novelas haya atraído hacia los bosques del Baztán y el pueblo de Elizondo innumerables visitas turísticas, repartidas entre grupos de escolares que han trabajado las novelas en sus aulas, y lectores mitómanos -en el mejor sentido de la palabra- que desean averiguar si los escenarios en que se desarrolla la vida de la inspectora Salazar resultan tan impactantes y misteriosos como Dolores Redondo los pinta. Hay ocasiones en la historia de la literatura en que ficción y realidad se fusionan  de tal manera, que los lectores terminamos sintiéndonos atraídos por el poco o mucho peso de autenticidad que los personajes o los lugares descritos contienen. La autora merece una felicitación por haber sabido construir con su historia un universo que ha llegado a traspasar las páginas de sus libros.
Así, quienes quedaron enganchados a las aventuras de Amaia en su primer enfrentamiento al mal y a sus propios fantasmas, encontrarán en Legado en los huesos, de nuevo, una muy buena historia, que entretiene como pocas y que, además, combina con empaque el género negro y el de fantasía sin perder ritmo ni interés.
De nuevo, considero que lo más destacable de la novela es el uso que la escritora hace de los personajes femeninos, dentro de un universo matriarcal en el que las mujeres son los ejes dominantes de la acción. En este caso, y relacionado con ello, Dolores Redondo se fija en el tema de la maternidad desde varios puntos de vista, aunque he de confesar que algunos de ellos me han parecido más acertados que otros. A mi modo de ver, el dibujo que de Amaia como madre se da en la historia resulta en ocasiones excesivamente tópico y poco profundo: se nos cuenta, y no dejamos de empatizar con ello, de qué manera la inspectora sufre por tener que dejar demasiadas veces a su bebé. Así, se integra la conciliación de la vida familiar y laboral en la historia, aunque de una manera que me pareció floja: el marido de la inspectora, que desde la primera novela se ha mostrado como un secundario excesivamente poco elaborado, se pinta aquí como un hombre ideal que, pese a las discusiones con su pareja, puede permitirse el lujo de cuidar por sí mismo al bebé, mientras ella se va, ya que, pese a ser un artista, apenas necesita trabajar. Todo en exceso mimado y construido para que la ausencia de esa madre y la evolución de la trama de asesinatos pueda continuar sin que la parte “personal” afecte. De hecho, llama la atención que los dos puntos flojos de la novela los he encontrado, precisamente, en la integración de los hombres en la historia: se juega demasiado con los tópicos del marido perfecto, el policía “malo” pero con buen fondo, el compañero de aventuras ideal y, por último, el caballero atractivo y profesional que viene a trastocar la estable vida familiar. Una inserción del romanticismo y el drama demasiado forzada para una novela que debería interesar, exclusivamente, por la historia de la investigación central y su relación con el pasado de la protagonista.

Legado en los huesos, de Dolores Redondo

Dolores Redondo


Aun con estos tropiezos, es el tema de la maternidad visto desde su lado oscuro el mayor acierto de Dolores Redondo. No en vano, las escenas en que la madre de la inspectora reaparece, y se enfrenta a su hija en el entorno lluvioso, oscuro y amenazante de los bosques del Baztán, constituyen precisamente el momento más brillante y mejor escrito de toda la obra. Estas escenas, junto a la propia evolución del misterio, que de nuevo queda cerrado sin fisuras, justifican el que considere Legado en los huesos, de nuevo, como una muy buena novela, a la altura de la anterior y, por contradecir ese dicho de que “segundas partes nunca fueron buenas”, incluso mejor, ya que no pierde originalidad pese a sustentarse, como ya indiqué, sobre las mismas columnas. El personaje de la inspectora sigue evolucionando, y Dolores Redondo nos lo cuenta, además, a través de un universo onírico, de pesadillas y enfrentamientos con un traumático pasado que se insertan a medio camino entre los elementos fantásticos de la obra y el componente realista que la investigación va ofreciendo en pequeñas pinceladas.
Queda ahora la lectura de Ofrenda a la tormenta y tratar de confirmar con ella si Dolores Redondo acierta en la construcción de la historia como trilogía. Mantener los aciertos y dar mayor peso psicológico a los personajes masculinos podría cerrar de forma redonda este proyecto de tan grande alcance.

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