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Legados documentales en las bibliotecas

Publicado el 20 enero 2017 por Alicia López González @Alijiri

Hace unos días, aparecía la noticia de la donación del legado documental de Chumy Chumez a la Biblioteca Nacional de España. En total, 5453 piezas de su archivo que se depositarán y conservarán como parte del patrimonio documental español. Un gesto que hace que todos podamos disfrutar fácilmente y qué como otras donaciones, han contribuido a enriquecer las bibliotecas, archivos y centros de documentación más variopintos.
Más de 5.000 viñetas, dibujos, láminas, caricaturas, carteles, guiones y manuscritos del dibujante Chumy Chumez pasa a formar parte de la gran colección de la BNE. Son parte de la cultura escrita de nuestro país y ya se puede disfrutar de él. (Biblioteca Nacional de España, 2017)
La importancia de los legados documentales a bibliotecas y otros centros, ayudan por un lado a enriquecer el fondo de esa institución que de otra manera sería muchísimo más complicada. La peculiaridad y originalidad de estos documentos destacan en colecciones por lo general muy similares.

Dibujo donado a la BNE

Además del aspecto de la importancia cultural de estos traspasos de documentos de unas manos a otras, también se añade otro meramente físico y de conservación. Muchas veces los beneficiarios de este tipo de donaciones no tienen ni el espacio suficiente ni los conocimientos expertos para su correcta conservación y preservación y deciden que profesionales cataloguen, analicen, traten y custodien de la mejor manera todos esos documentos.
Otro ejemplo de donaciones importantes por su gran volumen, es la que realizó el escritor español Dámaso Alonso a la biblioteca de la Real Academia Española que “contiene importantes fondos de filología y literaturas románicas, con el interés añadido de que muchas de las obras incluyen anotaciones del propio escritor. (…) Hay, además, objetos personales —condecoraciones, fotos—, manuscritos autógrafos, abundante documentación y una considerable correspondencia con 3279 escritores e hispanistas. ” (Real Academia Española, 2017)
Dicha magnífica colección fue emplazada en una biblioteca propia diseñada para la conservación de este material, llegando a conservar unos 40.000 volúmenes con primeras ediciones de obras de algunos compañeros de la Generación del 27.
Sin duda un legado único del cuál disfrutaremos para siempre gracias a la generosidad y altruismo de sus familias o de las propias personalidades.