Los inmigrantes ya no son necesarios. En un país con más de cuatro millones de parados, estos pueden cubrir con creces los trabajos que antes no queríamos. Hoy la situación es tan dramática que esos que nos ayudaron a que este país funcionara en tiempos de vacas gordas, esos que hicieron engordar las arcas de la Seguridad Social, aquellos que veíamos en las obras, las cafeterías, las gasolineras o como empleados del hogar, hoy sobran.
Pues bien, como sobran, no se regularizan para evitar que “el problema sea mayor”. Hoy son una mercancía ilegal que funciona con inseguridad manifiesta, esperando el día en que encuentren la manera de obtener los papeles. Pero, que no se preocupen, ya se ha encontrado una solución.
En Melilla una ONG denuncia que se está legalizando inmigrantes. Sólo que para que ocurra, han de delatar a otros inmigrantes que hayan delinquido. O sea para que vean como son de listos desde el Ministerio del Interior. A los inmigrantes chivatos si hacen de policía, descubren a otros compatriotas y les denuncian, podrán optar a la deseada nacionalidad española. ¡Todo por la patria! ¡Viva el Estado policial!
No me dirán que no es una buena idea. Limpias la ciudad de delincuentes, bajas el número de inmigrantes y además ahorras policías. Toda una operación digna de un Rasputín de tomo y lomo.
¡Qué será lo próximo! Cada día estamos más cerca del Oeste americano, donde el “Se busca” de los delincuentes se compensa en vez de con dinero, con papeles. Y es que las crisis agudizan el ingenio, y el Sr. Rubalcaba tiene mucho, pero que mucho ingenio.
Salud y República