El referéndum acerca de la marihuana en el estado de California (donde el consumo de cannabis bajo prescripción médica ya es legal) para dirimir la si se autoriza (Proposición 19) o no su cultivo, posesión, consumo y compra a mayores de 21 años, nuevamente ha incitado el debate entre prohibicionistas y liberalizadores de las drogas. Un detalle. En las discusiones entre ambos “bandos”, pocas veces se incluyen como argumento y eje principal de la discusión la defensa de la libertad individual, aquella idea de que “cada hombre debe necesariamente juzgar y determinar por sí mismo qué le es necesario y le produce bienestar y qué lo destruye”. Lysander Spooner en Los vicios no son delitos.
Los prohibicionistas basan sus argumentos en dos ideas esenciales conjuntas:
- Que la liberalización dará paso a un aumento de la criminalidad.
- Que el gobierno o el Estado deben prevenir el vicio, y castigarlo como un delito, para evitar otros delitos.
1. En cuanto a que la liberalización dará paso a un aumento de la criminalidadEs la idea que prima en la opinión de varios. Así, según los últimos sondeos, la mayoría de la población de California se opondrá al consumo libre de marihuana, ante los temores de que se incremente el riesgo de accidentes, o cree una plataforma legal para los narcotraficantes en California. Pero esa idea es errada en todo sentido.
El fracaso de la prohibición de las drogas para evitar el crimen es un hecho -ya sea el surgimiento de carteles y mafias que controlan o más bien evitan la competencia con violencia; o la comisión de delitos bajo la influencia de sustancias-. Como explica Gary Becker, los costos de su aplicación exceden en mucho los beneficios.
En este sentido, existen muchos argumentos a favor de la liberalización que demuestran que la prohibición más que un beneficio genera o acrecienta externalidades negativas. El caso de México es un ejemplo muy actual. Y todos sabemos que ha ocurrido con la famosa ley seca en los lugares donde se ha aplicado.
2. En cuanto a la idea de que el Estado debe prevenir el vicio para evitar otros delitosEs la idea que enarbolan casi todos los gobiernos y prohibicionistas, del color que sean, bajo una autopercepción de superioridad moral.
En contra de este punto, hay un argumento libertario a favor de la legalización, más potente aún que el fracaso mismo de la prohibición*, que como decía Spooner, tiene relación con que “del hecho de que un hombre se vuelva pendenciero y peligroso después de beber alcohol y de que sea un delito darle o venderle licor a ese hombre, no se sigue que sea un delito vender licores a los cientos y miles de otras personas que no se vuelven pendencieros y peligrosos al beberlos”.
Si es como plantean los prohibicionistas, que la legalización de las drogas aumentaría el vicio (el número de drogadictos) y con ello el crimen, entonces también deberían ser ilegales otros “vicios”, y por tanto la venta y consumo de alcohol pues muchos manejan borrachos y matan gente, o golpean a sus esposas y las matan.
Ilógico, dirán algunos que rechazan legalizar la marihuana pero disfrutan de unos buenos tragos de whisky o cerveza cada fin de semana y manejan igual. No es lo mismo dirán. Que son “vicios” distintos. ¿Pero cuál es la diferencia? ¿Quién o cómo se establece esa diferencia entre “vicios”? ¿Por qué en unos casos el Estado debe entrometerse y en otros no?
Quizás dirán que los efectos son distintos. Pero ¿Es distinto acaso matar a alguien drogado que borracho con alcohol? ¿Cuál es la diferencia de tal fatalidad?
Probablemente dirán que uno es más adictivo que el otro, y que uno es más destructivo que el otro. Pero ¿Acaso los grupos de AA son ficciones? ¿El alcohol no es un vicio potencialmente adictivo y destructivo también?
Que el Estado tenga la facultad de prevenir “el vicio” prohibiéndolo (y con ello la pretensión de suprimirlo), para garantizar nuestra seguridad o para evitar el delito, nos trae algunos problemas prácticos, pero sobre todo conlleva un fuerte atentado a nuestra libertad individual.
Porque ¿Aquellos que practican deportes extremos, o cualquier otro acto que implique riesgo, no rayan en la línea de la autodestrucción, exponiendo la vida por un poco de adrenalina o placer, su vicio? ¿Les prohibimos entonces practicar su vicio para protegerles? ¿Puede hacer eso un gobierno? ¿Difícil responder?
Lo cierto es que “un gobierno con el poder de prohibir sustancias dañinas o prácticas inmorales es un gobierno con el poder de prohibir cualquier sustancia o práctica. No habría nada que fuera una sustancia controlada”. Lawrence Vance. He ahí porque la legalización es un punto a favor de la libertad.
* Nota aparte: El fracaso de la prohibición es la base del argumento de algunos a favor de la liberalización. No obstante, al ser meramente utilitario surge la duda ¿Si no hubieran mafias y crimen, apoyarían la legalización?
Links interesantes para profundizar sobre el tema:http://mises.org/Community/blogs/euribe/archive/2010/10/14/la-ley-seca-y-los-economistas.aspx
http://prodavinci.com/2009/01/04/fernando-savater-le-propone-a-obama-despenalizar
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2009/sep/13/legalise-drugs-john-gray