Mientras en el centro y oriente de la isla los artistas del tatuaje viven la persecución de las autoridades, en occidente un coronel jubilado de los Órganos de la Seguridad de Estado emerge como tabla salvadora para negociar con Cultura y Salud Pública la legalización del gremio.
Ahora en condición de abogado, Vitelio Ruiz, nombre del ex oficial del cuerpo represivo que además de los tatuadores apadrina a los 'artistas del piercing', ha conseguido elevar a la mesa del Consejo de Estado la petición de aglutinar ambas manifestaciones artísticas en una organización que nombró Asociación Cubana de Tatuadores y Perforadores (ACTP).