El NY Times pide la legalización de la marihuana
Varios líderes internacionales entre los que se incluye Kofi Annan, el exsecretario general de la ONU, el expresidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso y otras personalidades como Vargas Llosa o Javier Solana, presentaban a principios de este mes un informe en el que se pide un cambio de rumbo total a la política que a día de hoy en cuanto a las drogas, es decir, su legalización.
En el informe se reconoce que, efectivamente, prohibir a la gente adquirir y consumir droga no está funcionando, años y años de guerra contra las drogas no han disminuido el consumo ni ayudado a los adictos a superar su problema. De hecho, lo único que se consigue es fomentar el tráfico ilegal y la criminalidad.
Y sinceramente, me alegra que al fin opiniones como ésta se empiecen a ver como viables entre aquellos con un poder tan grande como tienen los autores del informe. En mi opinión, prohibir el consumo de drogas no hace más que añadir problemas tanto a aquellos que quieren consumir de forma esporádica como a los adictos.
En primer lugar, creo que drogarse o no hacerlo debería ser una opción personal como lo es beber alcohol, siempre que se haga de una forma responsable y sin provocar daños a terceros. Pero es que además, el prohibicionismo solamente provoca que la droga que se consume- porque quien quiera consumir, va a hacerlo sea legal o no- sea de peor calidad y no puedan llegar a medirse sus riesgos al no saber qué es lo que realmente se está consumiendo.
A día de hoy no dejan de surgir nuevas adulteraciones que, si bien resultan muy económicas para los traficantes, son tóxicas para los que han comprado creyendo que se trata de una sustancia muy distinta. Por no decir que no todas las drogas tienen los mismos efectos ni los mismos riesgos, cosas que muchos de sus consumidores directamente no saben .Según lo escrito en el informe,
“Independientemente de la peligrosidad de una determinada droga, muchas veces sus riesgos aumentan drásticamente cuando es producida, vendida y consumida en ambientes criminales sin fiscalización. Muchas drogas cuya potencia se desconoce son vendidas sin ningún control de calidad, a menudo son cortadas con adulterantes, agentes u otras drogas para aumentar su volumen. Lo anterior, produce una situación en la cual no hay información sobre su contenido, los riesgos que representan o una orientación sobre su manejo seguro.
[…]
Estas políticas, sin embargo, estimulan comportamientos de alto riesgo como inyectarse sin seguridad, hacen que las personas que necesitan tratamiento no lo busquen y evitan que los recursos destinados a la aplicación de la lay se vuelquen en los delitos realmente graves.”
Otro de sus puntos clave, para mí el más importante, es el que tiene que ver con la penalización y, en muchos lugares, encarcelación de los consumidores de drogas. Estas medidas afectan, como suele ocurrir cuando se tratan este tipo de cosas, con mucha más dureza a los sectores más desprotegidos. Al ligarse al consumo y tráfico de drogas, quedan aún más estigmatizados si cabe y se fomenta su exclusión. Evidentemente, no tiene las mismas condiciones un adicto a la heroína de La Cañada Real que Berlusconi.
“La penalización tiene un impacto negativo desproporcionado en la salud pública, que afecta a poblaciones que ya se encuentran en estado de marginalidad y vulnerabilidad. Adicionalmente, el abordaje penal y penitenciario estimula el comportamiento de alto riesgo, como compartir jeringas y agujas, lo que puede resultar en la transmisión del VIH y la hepatitis C. La penalización favorece el consumo de drogas en ambientes insalubres y marginales, aumenta el riesgo de infección y muerte por sobredosis, además expande la población total que consume y se inyecta drogas en prisión- un ambiente de alto riesgo muchas veces asociado a servicios de salud de mala calidad.”
Y en las acertadísimas palabras de Obama, pronunciadas este mismo año, aunque en esta ocasión refiriéndose sólo a la legalización de la marihuana,
“No deberíamos encarcelas a los chicos o usuarios individuales por períodos prolongados cuando algunas de las personas que han redactado esas leyes probablemente hayan hecho lo mismo. Es importante que (la legalización del cannabis en Colorado y Washington) siga adelante porque es importante que en la sociedad no se dé una situación en la que gran parte de la población haya infringido en un momento u otro la ley y solo unos pocos sean castigados.”
Lo dicho, un informe que llega tarde, pero que al menos, llega. Lo siguiente será saber si ésta es una tendencia que siga adelante, lo cual sería un avance muy interesante en cuanto a derechos individuales y salud de muchos.