Revista Opinión

Legislativitis

Publicado el 01 marzo 2011 por Jcgarrido @jcgarridodp
No cabe duda de que el ejecutivo que preside Zapatero es demasiado intrusivo, que profesa un antinatural y desmedido afán por regular y organizarle la vida a sus conciudadanos, pero su última ocurrencia, la de reducir la velocidad máxima en autopista y autovía con el propósito de ahorrar, sobrepasa con holgura los límites del despropósito. Si me permiten el símil, sería como si a alguien el médico le diagnostica colesterol alto y, en lugar de someterse a dieta él mismo, pone a régimen a su cónyuge, sus hijos y el resto de la familia, si la hubiere.
El gobierno debe preocuparse de ahorrar en el gasto que le compete y dejarnos al resto que nos ocupemos de nuestra economía en el modo que estimemos más oportuno, si es que nos da la real gana hacerlo. Esto claro, suponiendo que la medida obedezca a su propósito declarado y no sea en realidad un impuesto indirecto más en forma de sanciones.

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