Revista Opinión
A tres años del comienzo del mayor desastre económico de la historia, a tres años de la bancarrota de Lehman Brothers, no se ve ningún horizonte que permita pensar que esta terrible crisis se va a resolver. No se ve porque a decir de muchos analistas las medidas que se están tomando van en la dirección contraria a la recuperación.
Creo que una de las consecuencias más dañinas de esta crisis financiero-económica es como se ha ido instalando en el sentir colectivo que los recortes sociales que están llevando a cabo los diferentes gobiernos son inevitables y necesarios. Obviamente este pensamiento único es reproducido hasta la saciedad por la mayoría de los medios de información.
Nada más lejos de la realidad. En nuestro país al gobierno socialista se le olvida que el déficit tiene que ver con dos valores: cómo gasto y cuánto ingreso. Ahí está la cuestión. Sólo se ha tenido en cuenta el factor "gasto".
Incluso, en el capítulo del gasto, el otro día Vicenç Navarro analizaba las partidas que podrían haberse recortado sin tocar un ápecie de los gastos sociales.
Ponía el ejemplo que en lugar de congelar las "pensiones de vejez" , ya de por sí bastante exiguas en comparación con el resto de países de la Unión Europea, podría haberse ahorrado esos 1.500 millones de euros del capítulo de los presupuestos generales del estado para "nuevas inversiones militares". En este caso, la compra de 24 helicópteros Tigres. O con los gastos de mantenimiento de las tropas españolas en países como Afganistán, por ejemplo.
Otro ejemplo que ponía era eliminar del presupuesto 600 millones de euros que el Estado español y aconfesional se gasta en salarios a profesores para que den clase de religión católica en las escuelas públicas y concertadas.
Habría muchos ejemplos, por tanto, es claro que no es un problema de cantidad sino de cómo gasto y dónde puedo recortar sin que afecte al estado de bienestar de los ciudadanos al recortar el gasto público social.
En relación con los ingresos el gobierno socialista es responsable absoluto, junto con el anterior de Aznar, de una regresión de la política fiscal y por tanto, siguiendo al profesor Navarro, la forma de incrementar los ingresos es "revirtiendo la reducción de impuestos" que se han venido llevando a cabo los últimos años:
- Impuestos de Patrimonio. Esta reducción ha beneficiado primordialmente a los grandes patrimonios. Su recuperación selectiva, gravándose los elevados patrimonios, supondría 2.100 millones de euros. - Impuesto de Sociedades. Este impuesto es sobre las rentas del capital derivadas de las grandes empresas. Pues bien, si se recuperara el nivel de imposición que tenía este tipo de impuestos para las grandes empresas (que facturan más de 150 millones de euros al año y que representa sólo el 0,12% de todas las empresas de España) antes de que se redujeran por los gobiernos Aznar y Zapatero, se recuperarían 5.300 millones de euros - Impuestos sobre las grandes riquezas. Si se recuperara, de nuevo, el nivel de imposición (que tenían antes de las reducciones de los gobiernos Aznar y Zapatero) de las personas que ganan más de 120.000 euros al año, el Estado recuperaría 2.500 millones de euros. - Impuesto de Sucesiones. Este impuesto, que grava las herencias ha sido casi eliminado. Si se recuperara, el Estado obtendría 2.552 millones de euros.
Por ello, que no nos sigan insistiendo en que no hay más remedio que resolver esta crisis a base de recortar el gasto social público. Directamente es falso y ellos, el gobierno y el parlamento, lo saben.
Si quieren más datos sobre la política fiscal y su necesaria reforma, en el artículo del profesor Navarro, "La necesaria reforma fiscal", lo pueden ver.