Así es amig@s, este ha sido un verano de mucha lectura... Tuve la suerte de desconectar realmente de mis obligaciones y pude dedicarme a una de las cosas que más amo, leer. Así que por segunda vez en este verano les contaré mis elecciones.
LEÍ
Bonus track, este CD de Aretha Franklin es genial, sus versiones de clásicos son maravillosas
En el último post sobre libros que compartimos acá mismo les había comentado que estaba comenzando con Milena o el fémur más bello del mundo. Pues lo terminé y me encantó. Se trata de una novela policial con referencias al mundo detrás de las mafias que operan en la trata de personas. Con un trasfondo político muy fuerte, con redes de corrupción transnacionales y una trama atrapante que incluye historias de amor y desamor, Milena es un libro excelente. El autor se vale de unos personajes principales que sin heroísmos ficticios ni acciones grandilocuentes, logran ganarnos el corazón, y si bien hay descripciones tremendas sobre la vida de las mujeres obligadas a prostituirse en estas redes siniestras, Zepeda Patterson no se regodea en ellas y las aborda con la crudeza necesaria pero sin apelar a golpes bajos. Lo recomiendo con gusto.
Mis lecturas continuaron con estos libros que me fueron llegando gracias a los préstamos de amigas tan lectoras como yo. En honor a la verdad, debo decir que primero leí uno que compré cuando fui a la librería buscar el de Capote y ya no estaba. Opté por otro clásico de Manuel Puig fascinada como quedé luego de haber leído El beso de la mujer araña en diciembre.
¿Qué decir que no se sepa de este autor y de Boquitas pintadas? ¡Nada! Simplemente confirmar que se trata de una maravilla de la literatura local que describe como nadie las miserias humanas de un puñado de personajes tan argentinos como el dulce de leche; que es una pincelada de la vida pueblerina en los años 40's, y desnuda prejuicios, vicios y virtudes de gente que no sabe cómo lidiar con su vida y hace lo que puede para seguir adelante. Atesoro en mi memoria descripciones minuciosas de ambientes y situaciones que pintan de maravilla un imaginario del que me siento parte.
Mi amiga Valeria me prestó varios libros y recomendó muy especialmente Flush de Virginia Woolf. No se equivocó. Para amantes de los perros resulta una lectura obligada. Es la descripción de la vida de un cocker spaniel en la Inglaterra victoriana. Las vicisitudes de la familia que lo adopta, y las suyas mismas, narradas a partir de su mirada y sensaciones. Sutil, tierno y muy descriptivo, así es este libro que adoré.
Barba azul de Amélie Nothombe en cambio no me enamoró. Tal vez no logré entrar en la lógica de estos personajes, quizás no pude encontrarle el gusto a la escritura, pero me resulto poco atractivo. Se trata de una reversión del clásico Barba Azul, salvo que esta historia transcurre en un París contemporáneo y los protagonistas son una joven inteligente y atrevida y un aristócrata descendiente de españoles, tan exquisito en sus gustos como peligroso en sus acciones. La novela es una apuesta sensorial muy fuerte que hace foco en sabores y colores; está bien escrita y se vuelve en algún momento asfixiante. Pero pese a ello no logró atraparme.
Otro de los préstamos de Vale fue HHhH, que refiere a una frase alemana que significaba "el cerebro de Himmler se llama Heydrich". Esta particular novela se centra en un famoso atentado llevado a cabo por la Resistencia checoslovaca contra Heydrich, uno de los más temidos y nefastos miembros de la Gestapo. Digo particular porque está escrita con la presencia permanente del autor, ya que cuenta cómo fue armando su archivo de datos para escribirla, los cuestionamientos propios que se le presentaron, las dudas ante la forma de narrar cada episodio; las voces que debería tomar el relato. Es decir que nunca dejamos de compartir las impresiones y las angustias del escritor frente a su obra. Laurent Binet nos lleva a Praga en 1942 y nos sumerge en el horror, no solo de lo que acontece con sus habitantes luego del atentado, sino en las profundidades del nazismo y las atrocidades perpetradas por Heydrich y sus secuaces. No por tratarse de algo conocido deja de ser espantoso. Otra vez y al igual que Zepeda, Binet no se regodea en el fango, sino que describe y enumera lo que por su magnitud tal vez pueda correr riesgo de no ser dimensionado.
Ana, la veterinaria de Greta, es una ávida lectora también, y ella me prestó dos joyas de Murakami. El primero lo leí en Houston y traté de hacerlo lentamente para disfrutarlo más aún. Se trata de Los años de peregrinaje del chico sin color y cuenta la historia de un joven que tras sufrir un dolor muy profundo, comienza una nueva vida; pero ese pasado que tanto lo marcó volverá una y otra vez a su presente y deberá poder enfrentarlo para resurgir verdaderamente. Está bellamente escrito, no es casualidad tratándose de Murakami, y se vuelve muy musical porque durante la novela aparecen muchas referencias a algunas obras de Litz.
LEO
Ahora me encuentro leyendo Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, un clásico de Murakami y aunque sus más de 900 páginas en la versión pocket son intimidantes, su lectura es una invitación al disfrute. Con personajes misteriosos, relatos históricos y fantásticos, el libro se deja leer con ganas. Voy recién por la segunda parte. Falta mucho para terminarlo...
LEERÉ
Las redes sociales pueden ser un espacio de intercambio, de vinculación pero lamentablemente, también de agresiones y mezquindades. Por suerte en mi camino hay mucho más de buena energía, cariño y respeto que de lo otro. Y justamente a raíz de mis posteos sobre lecturas, Fernanda Volpi, una seguidora de Instagram, me regaló La nena que quería ser árbol, su obra recientemente editada. Me da mucha curiosidad saber de qué trata el libro, más aún siendo que la protagonista es una niña y cuenta con un dato de color: su muñeca se llama Matilde. No veo la hora de empezarlo.
Bien amig@s; sigamos compartiendo nuestras lecturas, comenten y recomienden lo que hayan sumado a sus sugerencias de enero y que entre tod@s cunda la sana costumbre de leer.
Buen miércoles, besos mil:>